Apocalipsis: El rollo y el Cordero

R. A. Taylor


Ross A Taylor nació en 1955 en Inglaterra. Es soltero y vive en Inglaterra aproximadamente unos 5 meses al año. Tiene un título en Física de la Universidad de York (1973-1976), seguido por tres años de estudios de postgrado en combustión de petróleo combustible pesado. Trabaja como ingeniero de software y de procesos en la industria del cemento, viajando por el mundo 7 meses al año. Ha trabajado en 20 países. La mayor parte del comentario sobre Apocalipsis fue escrito cuando estaba en el exterior, especialmente en Corea del Sur. Como resultado de su trabajo, visitó la India y coleccionó pinturas en miniatura indias y comenzó a apoyar una escuela bíblica en ese país. Se convirtió bajo el ministerio de David Watson, en 1973, mientras estaba en la universidad., y es de orientación básicamente carismática (grupos caseros) aunque más conservador teológicamente. Entre sus pasatiempos e intereses se encuentran: Internet, la Biblia, temas cristianos actuales (creación, ex homosexuales), fotografía (vea sus fotografías de viajes a Bali y EE.UU.) y cálculos actuariales. Tiene una excelente colección de sellos victorianos. 



14. 2 El rollo y el Cordero (5:1)

{glorified Christ}

Ilustraciones de Duncan Long


(Ap. 5:1) Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos. {2} Y vi a un ángel fuerte que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos? {3} Y ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro, ni aun mirarlo. {4} Y lloraba yo mucho, porque no se había hallado a ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo. {5} Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos. {6} Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra. {7} Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono. {8} Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos; {9} y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; {10} y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra. {11} Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones, {12} que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. {13} Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos. {14} Los cuatro seres vivientes decían: Amén; y los veinticuatro ancianos se postraron sobre sus rostros y adoraron al que vive por los siglos de los siglos.

Esta sección debería ser leída con Fil. 2:5-11 en mente.

(Fil. 2:5-11) Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, {6} el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, {7} sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; {8} y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. {9} Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, {10} para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; {11} y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

Algunos autores han señalado que hay paralelos entre los capítulos 4 y 5.

Dios sobre el trono (4:2)

El Cordero sobre el trono (5:6)

Siete espíritus de Dios (4:5)

Siete espíritus de Dios (5:6)

Seres vivientes rodeando el trono (4:6)

Seres vivientes rodeando el trono (5:6)

Debe notarse que la adoración, tanto de Dios en el capítulo anterior como del Cordero en este capítulo, son pruebas de la divinidad del Cordero. La adoración es uno de los temas del capítulo anterior y este capítulo se incluye para demostrar que sólo Dios y el Cordero deben ser adorados. Dios, porque Él es el creador, y el Cordero, porque es el redentor. Ni la bestia ni los ángeles han de ser adorados; sólo Dios (ver 14:7, 9, 19:10, 22:9).

v. 1 - Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos - El rollo revela la voluntad de Dios para el mundo. En el mundo romano un testamento era atestiguado por siete personas, y cada persona ponía su sello al documento. Los sellos muestran lo secreto del documento. El rollo con siete sellos estaba escrito en ambos lados (5:1), es decir que contiene una gran cantidad de escritura. El rollo revela el plan redentor completo de Dios a lo largo de la historia humana, desde la cruz hasta el fin del tiempo hacia la eternidad. El plan redentor de Dios se cumple literalmente en 21:6, cuando Dios anuncia "Hecho está". Habiendo creado un nuevo cielo y una nueva tierra, vemos a la Nueva Jerusalén, la novia, y Dios anuncia que Él morará con los hombres. El viejo orden de cosas ha pasado y entonces Él dice finalmente que está hecho. Los siete sellos se refieren a la plenitud completa de Su plan. En Ez. 2:9-10 también encontramos que cuando Ezequiel fue comisionado por Dios se le dio un rollo con endechas, lamentaciones y ayes. En 10:2 ff., un ángel fuerte sostiene un librito y a Juan se le dice que lo coma y que vuelva a profetizar (10:8-11). El librito se refiere a la profecía de este libro. Para los profetas, el plan de salvación de Dios permanecía sellado, pero una vez que Jesús murió y resucitó, el plan de Dios está revelado completamente a sus siervos, especialmente a Pablo y luego a todas las personas, especialmente los santos (Rom. 16:25-26, Ef. 1:9-10, Ef. 3:6-10, Col. 1:25-27). Pero aquí encontramos que el rollo está sellado con siete sellos. Los sellos deben ser quitados a fin de que los contenidos sean revelados y cumplidos. El resto de Apocalipsis está referido con la apertura de los sellos y con revelar los contenidos del rollo. Esta sección trata con las credenciales y la dignidad del único que puede abrir los sellos y revelar su contenido.

Una de las preguntas claves que deben ser contestadas es si los contenidos del rollo siguen en orden cronológico cuando los sellos han sido abiertos o si los contenidos dan más detalles de lo que se describe cuando se abren los sellos.

v. 2 - Y vi a un ángel fuerte que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos? - ¿Quién es digno de romper el sello y revelar el destino del hombre en el plan de Dios? No cualquier hombre puede hacer esto. Esta es una presentación del Único que es digno. Sin embargo, no es Dios el que abre los sellos. El destino del hombre debe ser logrado por el hombre, pero ¿qué hombre es digno de este honor? Hay un hombre en la historia humana que es digno. Aquél que venció, como nuestro hombre representativo, las fuerzas del mal; quien agrado a Dios en cada aspecto de su vida, aun en la muerte en la cruz. En 22:10, a Juan se le dice que no selle las palabras de la profecía del libro porque el tiempo estaba cerca (para su cumplimiento). De la misma forma, alguien debe romper los sellos y abrir el rollo para que sus contenidos sean cumplidos en la realidad.

v. 3 - Y ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro, ni aun mirarlo - No se encontró a nadie en toda la creación (en el cielo, o en la tierra o debajo de la tierra, comparar con Fil. 2:10) que fuera digno de abrir el rollo. Más adelante "todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y todas las cosas que en ellos hay" alaban al que puede abrir el rollo (5:13). No puede ser leído hasta que los sellos sean rotos (ver Is. 29:11).

v. 4 - Y lloraba yo mucho, porque no se había hallado a ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo - Lloraba porque el plan de Dios permanecería sin cumplirse, a menos que se encontrara a alguien que pudiera abrir el rollo y revelar sus contenidos para que se convirtieran en realidad y se cumplieran.

v. 5 - Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos - El anciano presenta al que puede abrir el rollo, es decir el ejecutor de los propósitos de Dios y el heredero de la herencia del mundo (ver 11:15, Johnson). El León de la tribu de Judá se refiere a Gn. 49:9 y es un título de Jesús que descendió, según la carne, de la tribu de Judá. Jesús es la raíz de David así como descendiente de David (Is. 11:1, 11:10, Jer. 23:5, Zac. 3:8, 6:12, Mt. 22:41, Ap. 22:16) y esto tal vez enfatice Su ascendencia humana y real. Jesús ha triunfado como un hombre, es decir ha vencido (ver 3:21). (Nota: triunfar es la misma palabra en griego que vencer). Por lo tanto, es digno de abrir el rollo (v. 9). El triunfó como hombre (Fil. 2:8), especialmente en la cruz donde desarmó a los poderes y autoridades (Col. 2:15), fue muerto (v. 9) y está ahora sentado con Dios "sobre todo principado y autoridad y poder y señorío" (Ef. 1:20-21) y por lo tanto es capaz de abrir el rollo del destino del hombre. Vemos más adelante, en v. 13, el resultado de este triunfo cuando "todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y todas las cosas que en ellos hay" cantan la alabanza de Dios y del Cordero. Él es el segundo Adán, después que hubiera fallado el primer Adán. Es apropiado que el Cordero sea presentado como el que puede abrir el rollo y sus siete sellos porque en 1:1 encontramos que Dios le da esta revelación a Su Hijo (ver v. 7: "Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono"). Este libro es un corrimiento del velo, y así el Cordero puede abrir el rollo y sus siete sellos y revelar su contenido para el beneficio de la iglesia.

v. 6 - Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra - Juan mira, esperando ver un león y en cambio dice: "vi en medio del trono... un Cordero como inmolado". Esta es la primera mención del Cordero, que aparece 30 veces en el libro. Esta es una clara referencia a Jesús. Tanto Juan como Pedro se refieren a Jesús como el Cordero de Dios (Juan 1:29, 36, 1 Pedro 1:19). "He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo" (Juan 1:29). Pablo lo llama a Jesús nuestro cordero de pascua que ha sido sacrificado (1 Cor 5:7 - Reina-Valera: "nuestra pascua, que es Cristo", Biblia de Jerusalén: "nuestro cordero pascual, Cristo", Versión Popular: "Cristo, que es el Cordero de nuestra pascua"). El Cordero parecía como si hubiera sido inmolado. Esta es una referencia a la crucifixión, pero está parado porque resucitó. En un trazo brillante Juan retrata su tema central de la revelación del Nuevo Testamento: la victoria a través del sacrificio (Mounce). El Cordero de Dios es aludido en Gn. 22:7 cuando Abraham está a punto de sacrificar a Isaac. Isaac pregunta dónde está el cordero para el holocausto y Abraham responde: "Dios se proveerá de cordero para el holocausto". El es el cordero de la Pascua (Ex. 12:3-21); cuando el ángel destructor vio la sangre del Cordero sobre los dinteles de la puertas es pasó sobre los israelitas y mató los primogénitos de los egipcios en cambio. Is. 53:3 ff. es uno de los muchas menciones mesiánicas de un cordero en el AT, pero es probablemente el mayor. Describe al Mesías: "como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca". Jesús está parado en el centro del trono, el centro del cielo; esto también se menciona en 7:17. Esteban, el primer mártir vio a Jesús parado a la diestra de Dios (Hch. 7:55). Ap. 3:21 hace referencia a Jesús sentado sobre el trono de Su Padre, después de haber vencido. El Cordero aquí es simbólico de Jesús. Ningún autor cuestiona que el Cordero es Jesús. Johnson nota que inmolado es literalmente "degollado" y vincula al Mesías al Cordero pascual de AT. Aquí Juan une al Mesías davídico real del AT con el Siervo Sufriente de Isaías (Is. 42-53).

La imagen del Cordero se refiere a la vida y la muerte de Cristo durante su primera venida, cuando vino como un bebé indefenso al mundo y murió una muerte tortuosa en la cruz. Murió una muerte temprana y por lo tanto es Cordero más que oveja. Cordero habla también de Su inocencia. Habla de Su humildad (Fil. 2:5-8); más adelante en los versículos que siguen muestra su exaltación (Fil. 2:9-11) y cuando Él venga de nuevo a la tierra será como el león, el Señor de señores y Rey de reyes. Goldsworthy destaca que si queremos ver al León como nuestro Salvador en vez de nuestro juez, primero debemos encontrarlo como el Cordero, es decir como nuestro sustituto por nuestro pecado en la cruz. Entonces, cuando Él venga de nuevo en Su gloria que tiene ahora y que es descrito en Apocalipsis, seremos como Él porque lo veremos tal como Él es (1 Juan 3:2). En Apocalipsis aquí y en otras partes (1:13-18) se revela el Cristo exaltado. Esto tiene que ser aceptado ahora por fe, pero Él será revelado abiertamente al mundo cuando venga de nuevo (1:7, 6:12-17, 19:11-21).

En el versículo anterior el anciano dice que el león de la tribu de Judá ha triunfado y, sin embargo, vemos un cordero que lleva las marcas de la muerte. Esto ilustra una de las lecciones que Dios quiere enseñar a su pueblo a través de este libro, que la victoria se logra por medio del sacrificio y la muerte. Así, encontramos que a la bestia se le permite que haga guerra contra los santos y que los venza (13:7). Jesús fue crucificado por hombres malvados y parecía indicar una derrota aparente, pero resucitó y la muerte no lo pudo contener. Encontramos que los santos "han vencido [al diablo] por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte" (12:11). Los de Esmirna que son fieles hasta la muerte recibirán la corona de vida (2:10). Así como Cristo fue obediente hasta la muerte en la cruz y Dios lo exaltó, los que son obedientes hasta la muerte reinarán hasta con Él (Mt. 10:22, 2 Tim. 2:12, Ap. 2:26, 20:6). Como lo indica Rom. 8:36, los cristianos siguen a su Señor al ser ovejas que son muertas, pero esto no nos separa del amor de Cristo. El Apocalipsis es un comentario sobre este tema.

v. 6 - tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra - Este no es ningún Cordero común. Los siete cuernos son un símbolo de fuerza completa y plena (Dt. 33:17). Siete significa completo y el cuerno significa fortaleza o poder (1 Sam. 2:10, Sal. 18:2, Zac. 1:18-21). Compare con el dragón (12:3) y la bestia con diez cuernos (13:1). Ver también la bestia de Daniel con diez cuernos (Dn. 7:7 ff.). También la bestia de la tierra tiene dos cuernos como un cordero (13:11). Los siete ojos que son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra que significan el Espíritu Santo que escudriña el espíritu del hombre (Prov. 20:27). Compare con los "los siete espíritus que están delante del trono" (1:4) y las siete lámparas de fuego que son los siete espíritus de Dios (4:5). Esta imagen viene de Zac. 4:2, 10. El mismo pasaje es usado para los dos testigo en 11:4 para demostrar que operan en el poder del espíritu. El candelero de oro con siete lámparas representa al Espíritu Santo. Las siete lámparas son los siete ojos del Señor que recorren toda la tierra (Zac. 4:10). El candelero con las siete lámparas estaba ubicado en frente de la mesa con el pan de la Presencia sobre ella, fuera del Lugar Santísimo y en el Lugar Santo (Ex. 26:35) y representa el Espíritu de Dios. En 1:14 y 19:12 los ojos de Cristo son descritos como llama de fuego. Jesús recibió el Espíritu sin límite (Juan 3:34). Johnson ve "los siete espíritus de Dios enviados a la tierra" probablemente como una referencia al Espíritu Santo que es enviado por Cristo al mundo (1:4, 4:5, cf. una visión similar del Espíritu en Juan (14:26, 15:26, 16:7-15).

v. 7 - Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono - El Cordero es el único que puede tener un acceso tan íntimo a Dios. Él es digno de tomar el rollo (v. 9). Como el hombre perfecto sin pecado y como Dios es capaz de acercarse a Dios por nosotros (1 Tim. 2:5). Él puede tomar el rollo de la mano derecha de Dios porque Él estará a la diestra de Dios - con los ángeles, autoridades y potestades sujetos a Él (1 Pedro 3:22). Esteban, cuando fue martirizado, vio a Jesús parado a la diestra de Dios (Hch. 7:55-56; ver también Ef. 1:20-22, Col. 3:1, Heb. 1:3). Heb. 1:13 dice "Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies". Encontramos en Apocalipsis primero una visión de Cristo a la diestra de Dios, luego una descripción de sus enemigos y luego la destrucción de sus enemigos. Este evento aquí refleja el origen mismo de Apocalipsis "que Dios le dio [a Jesús] para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto" (1:1). Ver también Juan 3:35, "El Padre ama al Hijo, y todas las cosas ha entregado en su mano", y Juan 5:20-23, 17:2, Mt. 11:27. Dios le ha dado a Cristo la tarea de ejecutar Su plan de salvación. La obra de redención en la cruz está completa, pero sus enemigos no han sido derrotados y Él debe reinar hasta que sean derrotados (1 Cor. 15:24-28, Heb. 10:13) y le entregue el reino a Su Padre. El resto de Apocalipsis muestra a sus enemigos trabajando para luchar contra la iglesia, y su derrota.

v. 8 - Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos - Ellos caen ante el Cordero que es digno de tomar el rollo de Dios y de abrirlo. Adoran al Cordero como adoraron al que está sentado en el trono en 4:9-11. Esto indica la divinidad del Cordero; adorar a Dios es uno de los mensajes de Apocalipsis. Como representantes de la iglesia los ancianos tienen arpas igual que los santos (Ap. 15:2). El arpa es un símbolo de adoración (Sal. 33:2). Como representantes de la iglesia ellos presentan las oraciones de la iglesia ante Dios.

v. 8 - todos tenían... copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos - Los ancianos que representan a la iglesia también tenían la copa llena de incienso (Lev. 2:1-2, 16:12-13) que son las oraciones de los santos (Sal. 141:2). En el tabernáculo el altar de incienso estaba en el Lugar Santísimo, junto con el Arca del Pacto cubierto de oro (Heb. 9:3-4). Las oraciones del pueblo de Dios están vinculadas con los propósitos de Dios en la tierra que se desarrollan con la apertura de los sellos. Ver también el séptimo sello con los incensarios de oro, en donde al ángel se le dio incienso para ofrecer, con las oraciones de los santos, sobre el altar de oro ante el trono (8:3). Ahí se establece un vínculo directo entre las oraciones de los santos y la respuesta de Dios, que son las siete trompetas, ya que el incensario de oro que tienen el incienso es también usado para arrojar fuego a la tierra (8:5). Las trompetas y las siete copas (15:7) son las respuestas de Dios a las oraciones de su pueblo. El reivindicará a sus elegidos (Lucas 8:6). Ver la tercera copa (16:5-6).

v. 9 - y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; {10} y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra - Los ancianos cantan una canción parecida que cantan los 144.000 (ver 14:3) adorando a aquél que se hizo hombre y compró a los hombres para Dios. Es una canción nueva porque Jesús recién había ascendido al cielo después de vivir en la tierra, ser crucificado y ascender al cielo. Este es un evento completamente nuevo en la historia del cielo. Antes de la encarnación esta canción no podría haberse cantado. Se menciona una nueva canción en Sal. 33:3, 96:1 y 144:9. Los ancianos se distinguen claramente entre ellos y los redimidos; por lo tanto, no pueden ser hombres redimidos ellos mismos. Los ancianos usan el término ellos para describir a los redimidos en vez de nosotros. Nota: la versión Reina-Valera traduce incorrectamente "nos has redimido" (comparar con la Biblia de Jerusalén: "compraste para Dios hombres..." o Versión Popular: "compraste para Dios gentes...").

v. 9 - Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado - Él es digno de abrir el rollo porque obedeció la voluntad de Dios hasta la muerte, aun muerte de cruz (Fil. 2:8). Los ancianos le contestan al clamor de los ángeles: "¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?" Los ángeles contestan en v. 12 que Él es digno; todas la criaturas contestan en v. 13. Él fue "coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte" (Heb. 2:9).

v. 9 - con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación - Esto comienza con la frase "con tu sangre nos has redimido para Dios". Él mismo hizo esto. Él vertió Su sangre y al hacerlo ha redimido a los hombres para Dios y fuera del reino de Satanás (14:4). La iglesia ha sido comprada por la sangre de Cristo (1 Cor. 6:19, Hch. 20:28, 1 Pedro 1:18). Han sido comprados "de toda tribu, lengua, pueblo y nación". Esta es una de las grandes claves del evangelismo, esparcir el evangelio a cada uno de estos cuatro grupos (ver Dn. 7:13). Note la naturaleza inclusiva de los redimidos en esta descripción de cuatro partes de los redimidos de los cuatro rincones de la tierra. Esta frase se usa también para los habitantes de la tierra (11:9, 13:7, 14:6) y sin embargo vemos acá que algunos de estos se salvan eventualmente. Vemos aquí que, como Jesús compró (rescató) a los hombres para Dios con su propia sangre Él también tiene el derecho de revelar y cumplir el plan de Dios para la humanidad abriendo los sellos. Johnson nota que la muerte de Jesús aseguró una salvación de aplicación universal a todas las clases de personas en la tierra (cf. 7:9).

v. 10 - y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra - Esta es una repetición de 1:6; es Jesús que ha hecho de los santos un reino y sacerdotes para servir a Dios por Su muerte sobre la cruz. Han sido rescatados del reino de las tinieblas y han sido traídos al reino de Su Hijo (Col. 1:13). Su reinado sobre la tierra podría referirse también al reino del milenio de Jesús con Sus santos. Ellos servirán a Dios; Su pueblo será Sus siervos (ver 1:6, 7:15, 22:3). Para otras referencias a reinar con Cristo en Apocalipsis, ver también 1:6, 7:15, 11:15-17, 22:3, 22:5). En Rom. 5:17 los que reciben el don de la gracia y justicia de Dios reinarán en vida por Jesucristo; esto es reinar en vida ahora, no en el futuro.

v. 11 - Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones - Son ahora los ángeles que se ponen a adorar al Cordero. Ellos tienen menos importancia que los seres vivientes y los ancianos, que están más cerca del trono. Compare con la descripción en Dn. 7:10, "millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él".

v. 12 - decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza - En 4:11 los ancianos lo adoran a Dios como siendo digno; ahora los ángeles adoran al Cordero como siendo digno. Después de los ancianos y los seres vivientes, los ángeles se unen para adorar al Cordero con una doxología de siete partes. En v. 4 Él es digno porque ha triunfado como hombre, el representante del hombre en el cielo, el segundo Adán. Él cumplió la voluntad de Dios en la tierra y al hacerlo hizo posible que los hombres pudieran entrar en el cielo. Él ahora recibe Su recompensa; está coronado de gloria y honor (Heb. 2:9). Los ángeles adoran a Cristo como Dios. Note que a Juan se le dice que adore a Dios y no al ángel que le está dando la revelación.

v. 13 - Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir - Luego el resto de la creación sobre la tierra y debajo de la tierra (queriendo decir los muertos) se une en la adoración del Cordero. Toda criatura (no sólo los redimidos) finalmente reconocerá a Jesucristo como Señor. Así de cumple Rom. 14:11 (citado de Is. 45:22) y Fil. 2:10. Esto ayuda a demostrar la unidad de las Escrituras y particularmente del libro de Apocalipsis con el resto de las Escrituras. Apocalipsis tiene que ser leído con el AT y el NT en mente a la vez. Lo que se quiere decir es que el Cordero, a diferencia de la bestia, es digno de adoración y honor.

v. 13 - Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos - La adoración durará por siempre y siempre porque Dios y el Cordero vivirán por siempre y siempre. La adoración será de cuatro partes; la riqueza, la sabiduría y el poder no se incluyen en la doxología de los ángeles. Note que Dios y el Cordero se encuentran unidos en la alabanza y están unidos en otras partes en Apocalipsis:

La ira del que está sentado sobre el trono y el Cordero (6:16)
El Cordero será su pastor y Dios limpiará toda lágrima (7:17)
El reino de Dios y las bodas del Cordero (19:6)
Como el templo y como su luz (21:22)
Fuente del río de vida (22:1)
El trono de Dios y del Cordero (22:3)

v. 14 - Los cuatro seres vivientes decían: Amén; y los veinticuatro ancianos se postraron sobre sus rostros y adoraron al que vive por los siglos de los siglos - Como en 5:8 los ancianos caen ante el Cordero en adoración, quien es digno en forma suprema de adoración, a diferencia de la bestia de 13:4. Cayeron en adoración al Cordero de la misma forma que habían adorado a Dios en 4:10, lo cual indica la divinidad de Cordero, porque sólo Dios debe ser adorado (14:7, 19:10, 22:9). La adoración de los ancianos representa la de la iglesia (ver 5:8) donde los ancianos sostienen las copas doradas llenas de incienso, que son las oraciones de los santos. Después de la alabanza y adoración el Cordero abre los sellos (6:1).


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