Las cartas a las siete iglesias (2:1-3:22)

R. A. Taylor


Ross A Taylor nació en 1955 en Inglaterra. Es soltero y vive en Inglaterra aproximadamente unos 5 meses al año. Tiene un título en Física de la Universidad de York (1973-1976), seguido por tres años de estudios de postgrado en combustión de petróleo combustible pesado. Trabaja como ingeniero de software y de procesos en la industria del cemento, viajando por el mundo 7 meses al año. Ha trabajado en 20 países. La mayor parte del comentario sobre Apocalipsis fue escrito cuando estaba en el exterior, especialmente en Corea del Sur. Como resultado de su trabajo, visitó la India y coleccionó pinturas en miniatura indias y comenzó a apoyar una escuela bíblica en ese país. Se convirtió bajo el ministerio de David Watson, en 1973, mientras estaba en la universidad., y es de orientación básicamente carismática (grupos caseros) aunque más conservador teológicamente. Entre sus pasatiempos e intereses se encuentran: Internet, la Biblia, temas cristianos actuales (creación, ex homosexuales), fotografía (vea sus fotografías de viajes a Bali y EE.UU.) y cálculos actuariales. Tiene una excelente colección de sellos victorianos. 



13. Las cartas a las siete iglesias (2:1-3:22)

Ilustraciones de Duncan Long


13. 5 Sardis (3:1-6)

(Ap. 3:1) Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: El que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice esto: Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto. {2} Sé vigilante, y afirma las cosas que están para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios. {3} Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti. {4} Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas. {5} El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles. {6} El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.

Frase clave: Sé vigilante y afirma las otras cosas que están para morir.

Sardis estaba a unos 80 km. al este de Esmirna y unos 50 km. sudeste de Tiatira. Era una ciudad rica y la mayoría de la ciudad practicaba la adoración pagana con sus sectas misteriosas y sociedades religiosas secretas. Tenía un templo magnífico de Artemisa. Su gente era idólatra y adoraban a la diosa madre Cibeles, que incluía orgías durante los festivales hechos en su honor (Walvoord). Sardis se consideraba segura pero en dos ocasiones en la historia de Sardis había caído el acrópolis al enemigo por falta de vigilancia de sus defensores (Mounce).

v. 1 - Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: El que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice esto: Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto - No hay ningún elogio porque no hay nada para elogiar. En 1:16 vemos que Él sostiene las siete estrellas en su mano derecha, que son los siete ángeles de las siete iglesias. En 5:6 es descrito como teniendo siete ojos, que son los siete espíritus de Dios enviados al mundo, el siete indicando plenitud. Él es el que conoce el estado de su iglesia; Él conoce a sus ovejas (Juan 10:14). El que tiene los siete espíritus de Dios conoce su corazón y los ve como muertos mientras que el mundo los ve como vivos (ver comentarios sobre 1:4). El contraste de la palabra vivo y muerto es un reproche fuerte con la intención de despertarlos. Tenían la forma exterior de la religión pero habían perdido la realidad interna de Cristo en ellos. El versículo siguiente muestra que no están completamente muertos sino dormidos.

v. 2 - Sé vigilante, y afirma las cosas que están para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios - Espiritualmente estaban dormidos. Cristo los ve como muertos y les ordena que se despierten. Una traducción mejor es "muéstrense alertas" (Mounce). Eran como las cinco vírgenes que llevaron sus lámparas con ellas para encontrarse con el novio pero no llevaron nada de aceite (que representa al Espíritu Santo); cuando llegó el novio, no estaban listas (Mt. 25:1-13). Debemos estar listos para el retorno de Cristo, al que se refiere el próximo versículo (ver también Mt. 24:42 ff.) Sus obras no estaban completas, es decir perfectas a los ojos de Dios. No llegaban a cumplir con la norma de Dios. La implicación en el versículo 4 de las vestiduras manchadas es que hay pecado involucrado; podría ser simplemente el de omisión.

v. 3 - Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete - Debían recordar la palabra del evangelio que les dio la salvación, obedecerla y arrepentirse (1 Cor. 15:2). Claramente se habían olvidado de lo que significaba el evangelio y habían dejado de crecer y de dar fruto (Col. 1:4-6). Necesitaban oír una vez más el evangelio de su salvación y responder de nuevo a su mensaje. La interpretación historicista apuntaría a Lutero como un ejemplo de uno que escuchó de nuevo el evangelio y se formó una nueva y vibrante iglesia. La clave de su estado es que necesitan oír la palabra de Dios de nuevo (cf. 2 Pedro 1:9). También necesitan obedecer la palabra, necesitan ser hacedores de la palabra y no sólo oidores (Stg. 1:22). También necesitan arrepentirse de su actitud anterior; deben cambiar de actitud, despertarse y fortalecer lo que queda.

v. 3 - Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti - "Vendré como ladrón" es una referencia a su segunda venida inesperada (cf. 16:15, 1 Tes. 5:2-4, 2 Pedro 3:10). Le advierte a la iglesia que esté velando (ver su advertencia en Mt. 24:42 para que velen "porque no sabéis a que hora ha de venir vuestro Señor". Este es un recordatorio de la falta de vigilancia de los de Sardis que fueron en dos ocasiones vencidos inesperadamente por el enemigo. También puede ser tomado como una referencia a Su llegada inesperada sobre ellos en juicio (Mounce), pero es más probable que tenga la segunda venida en mente (ver las advertencias en Mt. 24:36-25:46). Deberíamos ver esto como una advertencia a la iglesia para que esté despierta cuando Él venga. Esto está en línea con el mensaje de Apocalipsis que es para asegurarse que la iglesia esté lista para su retorno (1:3, 16:15, 18:4, 19:7, 22:7, 12-14).

v. 4 - Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas - Estas pocas personas en Sardis no habían transigido con el mundo. Las vestiduras blancas indican santidad. Las vestiduras blancas son usadas por la gran multitud en el cielo (7:9); vestiduras blancas son usadas por los ejércitos que acompañan a Cristo en su retorno. Los laodicenses son aconsejados para que compren vestiduras blancas para vestir, para cubrir su desnudez vergonzosa (3:18). En 19:8 el lino fino, brillante y limpio, representa los actos justos de los santos. Por lo tanto, la ropa sucia se refiere al pecado. En conexión con su Segunda Venida, Jesús dice: "He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza" (16:15).

v. 5 - El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles - Será vestido de blanco (ver Salmos 69:3, Fil. 4:3, Mt. 10:32, Lucas 12:8-9, Ap. 13:8, 17:8, 20:12, 21:27). Tan temprano como Ex. 32:32 Moisés pide ser borrado del libro de Dios si Dios no perdona el pecado de Israel. Apocalipsis trata de dos grupos de personas: aquellas cuyo nombres están escritos en el libro de la vida y aquellas que no. Lang comenta que Sardis estaba impura y muriéndose. Cada uno que se mantenía puro podría caminar ahora en vestimenta puras y blancas en el día de gloria. Aquél que triunfaba sobre la muerte espiritual nunca perdería la vida espiritual; su nombre se mantendría en el libro de la vida. La amenaza aquí es que si no se despiertan sus nombres serían borrados del libro de la vida.

v. 6 - El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias - Note la fórmula: "El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias". Todos necesitamos hacer caso a lo que se dice acá.

13. 6 Filadelfia (3:7-13)

(Ap. 3:7) Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre. {8} Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre. {9} He aquí, yo entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, yo haré que vengan y se postren a sus pies, y reconozcan que yo te he amado. {10} Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré a la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra. {11} He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona. {12} Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldré de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo. {13} El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.

Frase clave: aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre

v. 1 - Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre - Los mártires en 6:10 también lo llaman al Señor con el título de "Señor, santo y verdadero". Jesús tiene la llave de David, citado de Is. 22:22, es decir el poder absoluto y la autoridad sobre quién entra en su reino (ver Ap. 1:18). Eliaquim, el administrador del palacio, debía ser vestido con autoridad y se le debía dar la llave de la casa de David (Is. 22:20-22, 36:3); él es el que decide quién ve al rey. La fortaleza de Cristo contrasta con la poca fortaleza de los de Filadelfia. El nombre de la ciudad significa "amor fraternal".

v. 8 - Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre - Un elogio; no hay ninguna reprimenda. Jesús es quien anda entre las iglesias y ve. Filadelfia, entretanto, estaba en la ruta principal entre el este y el oeste, una situación que les presentaba a los creyentes con una puerta abierta para el evangelio hacia las regiones más allá. Si bien eran un pequeño grupo con poca fuerza, la suya era una puerta que Dios había provisto y, por lo tanto, nadie podría cerrarla (Hill). Habían guardado su palabra y no lo habían negado a Jesús. Por lo tanto, Él los reconocería ante sus enemigos.

v. 9 - He aquí, yo entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, yo haré que vengan y se postren a sus pies, y reconozcan que yo te he amado - Una sinagoga de Satanás es mencionada también en la carta a Esmirna (2:9). Los judíos lo siguen a Satanás, cuyo nombre significa calumniador, al calumniar al pueblo de Dios. Claramente los judíos particularmente estaban afligiendo a estas iglesias primitivas, como lo demuestra Hechos (Hch. 13:45, 14:2, 17:5, 18:6, 25:7).

v. 9 - y reconozcan que yo te he amado - Este hecho asombroso, el amor de Cristo por nosotros, es fundamental para nuestra fe (1:5, 3:19, Ef. 5:2). Estos judíos se consideraban que ellos solos eran el pueblo de Dios y, por lo tanto, sólo ellos eran amados por Dios. Ellos despreciaban a los de Filadelfia a quienes consideraban como gentiles y por lo tanto fuera del pacto de Dios. Jesús está diciendo que Él reivindicará a sus elegidos y les demostrará a estos calumniadores quién es realmente su pueblo elegido. Note que Filadelfia en griego significa amor fraternal; Jesús mostrará quiénes son realmente sus hermanos. La palabra para el amor de Jesús aquí es agapao, que se refiere al amor que se entrega. Es el amor que Jesús demostró al morir por ellos. Hay una cantidad de referencias del Antiguo Testamento de Dios reivindicando a su pueblo frente a sus enemigos (Is. 43:4, 45:14, 49:23, 60:14).

v. 10 - Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré a la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra - La hora de prueba se menciona en Dn. 12:1, Mr. 13:19 y es probable que esté descrita por las siete trompetas y en los capítulos 7-19, más adelante en Apocalipsis. La hora de prueba es para el mundo, no para la Iglesia, la que será protegida espiritualmente y no físicamente de ella. La protección espiritual de la iglesia está indicada al sellar a los 144.000 (7:3). Ver también el cuidado de Dios de la mujer en el desierto (12:6, 14). El mejor ejemplo de esto es la quinta trompeta, cuando a las langostas se les dice específicamente que dañen sólo a aquellas personas que no tienen el sello de Dios en sus frentes (9:4, cf. Is. 18:3). El término "los que moran la tierra" que es similar a "los moradores de la tierra" (ver 11:10, 14:6) siempre se refiere al mundo, no a la iglesia (6:10, 8:13, 11:10, 13:8, 17:8). Esta promesa no es sólo para la iglesia de Filadelfia sino para todos los que cumplen los requerimientos de la promesa, que es tener paciencia (ver 1:9, 13:10, 14:12). Así como Satanás prueba a la iglesia en Esmirna a través de la persecución (2:10), Dios prueba al mundo a través de la prueba o la adversidad. El significado de guardar (gr. tereo) es cuidar, así que la idea de este versículo es la preservación a través de la hora de la prueba.

v. 11 - He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona - "Vengo pronto" es una referencia a Su Segunda Venida (ver también 3:3). Al igual que con Tiatira, Él no les impone ninguna carga más que retener lo que tienen (2:24-25, cf. 2 Juan 1:8). La palabra para corona usada aquí es la corona del vencedor (stephanos), más que la corona real (diadema), así que ellos debían retener lo que tenían para que nadie les quitara la victoria.

v. 12 - Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldré de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo - Aquí tenemos una abundancia de promesas para aquellos que vencen. Cuatro veces Jesús se refiere a algo que le pertenece o que viene "de Dios", una expresión rara en las Escrituras (cf. Juan 20:17, Ap. 3:2). La iglesia es columna de la verdad, templo de mi Dios es la iglesia. Los 144.000 en Ap. 4:1 tienen el nombre de Cristo y de Dios en sus frentes. La Nueva Jerusalén es la iglesia, que desciende del cielo (ver 21:2). En la visión de Ezequiel el nombre de la ciudad es "Jehová-sama" (Jehová allí, cf. 21:3, 22:3). El templo de Dios será la Nueva Jerusalén porque ahí es donde Dios morará. Lo que se está diciendo aquí es que el que vence formará parte en forma permanente (es decir, será una columna) de la Nueva Jerusalén; pertenecerá a Dios y a Cristo, y será conocido en forma íntima. Lang comenta que una sinagoga de Satanás se oponía a Filadelfia, pero cada uno que se mantenía aparte debería dársele un lugar permanente en el templo de Dios. Aquél que no niega el nombre de Cristo en la tierra llevará Su nuevo nombre para siempre.

v. 12 - y escribiré sobre él... mi nombre nuevo - Mi nombre nuevo. Esto es lo mismo que en nuevo nombre escrito sobre la piedra blanca (2:17). Indica una intimidad especial (22:4). Así como hay una nueva Jerusalén y un nuevo cielo y una nueva tierra, así también tienen un nuevo nombre. Después de la destrucción de la ciudad de Filadelfia por un terremoto en d.C. 17, recibió ayuda del emperador Tiberio. En agradecimiento, cambió su nombre a Neocesarea (la nueva ciudad de César). Así, la iglesia sabía lo que era recibir un nombre nuevo. Sólo que su nuevo nombre sería según su rey, y no César.

v. 13 - El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias - Note la fórmula: "El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias". Todos necesitamos hacer caso a lo que se dice acá.

13. 7 Laodicea (3:14-22)

(Ap. 3:14) Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto: {15} Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! {16} Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. {17} Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. {18} Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. {19} Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete. {20} He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. {21} Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. {22} El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.

Frase clave: Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete. He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.

La iglesia en Laodicea debía leer la carta de Pablo a los Colosenses (Col. 4:16) y no se habían encontrado personalmente con Pablo (Col. 2:1). La ciudad tenía un negocio redituable en la producción de lana y cuando fue destruida por un terremoto en d.C. 60 pudo ser reconstruida sin ayuda exterior (Walvoord). Tenía una escuela médica ampliamente conocida y producía un colirio (Mounce). Conseguía el agua de unos manantiales calientes distantes unos 10 km., que para cuando llegaba a Laodicea estaría tibia. Era también un centro bancario. La iglesia vivía en esta sociedad pudiente y las actitudes de sus ciudadanos pasaban a la iglesia.

v. 14 - Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios - Jesucristo es el Amén, porque en Él esta la certeza del cumplimiento de las promesas de Dios (2 Cor. 1:20). Es utilizado frecuentemente como un refrán de acuerdo del pueblo de Dios a una doxología, "así sea" (Ap. 1:6-7, 7:12, 19:4). Para testigo fiel y verdadero, ver 1:5 y también 19:11 (el jinete del caballo blanco es Cristo, cuyo nombre es Fiel y Verdadero. Apocalipsis nos muestra que Cristo es el soberano de la creación de Dios. En 1:5 Él es el soberano de los reyes de la tierra y esto se demuestra más adelante en el libro (6:15, 19:19-21). La Biblia de Jerusalén dice "el Principio de las criaturas de Dios" y la Versión Popular, "el origen de todo lo que Dios creó" (ver Col. 1:16, Ap. 13:8, 21:6, 22:13).

v. 15 - Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! - El que anda entre las iglesias ve sus obras. La provisión de agua de la ciudad de Laodicea provenía de manantiales calientes a cierta distancia, así que llegaba tibia. Hay más esperanza de un anti-cristiano frío, como Pablo, que de estos cristianos tibios que habían perdido su hambre por Dios.

v. 16 - Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca - Él está a punto de vomitarlos, literalmente, de Su boca. Esto muestra Su aversión hacia estos cristianos tibios. El remedio se muestra en v. 18 donde se los aconseja a que compren oro, ropas blancas y colirio.

v. 17 - Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo - Su riqueza material los había enceguecido respecto de su verdadera bancarrota espiritual. El mundo había invadido esta iglesia. Compare la similitud de su actitud con la de la prostituta que dijo: "Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto" (18:7). Se destaca frecuentemente que Laodicea se enorgullecía de tres cosas: riqueza financiera, una industria textil exclusiva y un colirio popular que se exportaba a todo el mundo (Mounce). La iglesia pensaba que era rica a sus propios ojos, pero a los ojos de Cristo era pobre. En Oseas 12:8 Efraín alardea: "Ciertamente he enriquecido, he hallado riquezas para mí; nadie hallará iniquidad en mí, ni pecado en todos mis trabajos." Compare a la iglesia de Laodicea con la iglesia de Esmirna que estaba atribulada y pobre pero a los ojos del Señor era rica.

Su actitud era similar a la de los fariseos que pensaban que estaban sanos pero estaban realmente enfermos (Mt. 9:10-13); pensaban que podían ver pero estaban ciegos (Juan 9:40-41, Mt. 15:4). Si bien no eran fariseos, su condición era similar, que es la razón por la que el Señor los reprende. Su condición es peligrosa porque no se dan cuenta.

v. 18 - Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas - El consejo de Cristo para ellos está en tres partes: comprar oro para que se vuelvan ricos en vez de ser desventurados, miserables y pobres, ropas blancas para cubrir su desnudez, y colirio para sus ojos ciegos para que puedan ver.

v. 18 - yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego - Esto es comprar el evangelio sin precio (Is. 55:1, Ap. 21:6), verdadera riqueza sin precio, es decir la salvación que es libre. En 21:6 Dios ofrece tomar libremente a los sedientos de la fuente de vida; en 22:17 la invitación a los sedientos se da de parte de la iglesia para tomar libremente el agua de la vida. Los laodicenses estaban confiando en sus propias riquezas sin fe en Cristo. El oro representa la fe en Cristo (ver 1 Pedro 1:7), más que confiar en su propia riqueza que perece. Sólo pueden conseguir este oro de Cristo. No pueden llevarse su riqueza con ellos después de la muerte, pero su obra de fe los sigue (14:13).

v. 18 - y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez - Originalmente Adán y Eva estaban desnudos pero no tenían vergüenza (Gn. 2:25), pero después que pecaron tenían vergüenza de su desnudez y cosieron hojas de higuera para cubrir su desnudez (Gn. 3:7). En 16:15 en la Segunda Venida, Cristo llama bienaventurado "el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo y vean su vergüenza". En 3:4-5, los de Sardis que no habían manchado sus vestiduras caminarán con Cristo vestidos de blanco porque son dignos. Los de Laodicea ni siquiera tenían ropa; estaban desnudos. Y tienen que acudir a Cristo para conseguir ropa para cubrir sus pecados. Josué, el Sumo Sacerdote, estaba vestido de vestiduras viles y le fueron dadas ropas de gala después que su pecado fuera quitado. Esta ropa es la vestidura blanca de justicia (Is. 61:10). A lo largo de Apocalipsis las vestiduras blancas representan la justicia (6:11, 7:9, 7:14, 19:8, 19:14). En 7:14 dice que "han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero."

v. 18 - y unge tus ojos con colirio, para que veas - Ni siquiera se daban cuenta de su desnudez y necesitaban que sus ojos espirituales fueran abiertos para que pudieran ver su condición. Laodicea era famosa por su colirio. Una vez más debían comprarlo de Cristo.

v. 19 - Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete - Una de las frases más tiernas de Apocalipsis. "... a todos los que amo". El Señor disciplina a los que ama, los que son sus hijos (Prov. 3:12, Heb. 12:5-8). Note que a pesar de su condición lamentable no habían dejado de ser parte de la iglesia de Cristo. Lo mismo se aplica a las demás iglesias. La palabra griega para amor aquí es fileo; en todas las demás referencias se usa agapao (1:5, 2:4, 2:19, 3:9, 12:11, 20:9), siendo la única excepción 22:15.

v. 20 - He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo - El tiempo usado indica un golpear continuo. "Alguno" indica un llamado universal pero individual. Un individuo necesita oír a Cristo golpeando, es decir Su voz, y luego abrir la puerta de su corazón para dejarlo entrar a Cristo. La comida indica comunión con Cristo (Juan 14:23) y anticipa el banquete celestial más adelante, la cena de las bodas del Cordero (19:9). Jesús dice que cualquiera que oye su voz y cree en Dios tiene vida eterna y no será condenado, ha pasado de muerte a vida (Juan 5:24). El que pertenece a Dios oye lo que Dios dice (Juan 8:47).

v. 21 - Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono - Este versículo enfatiza uno de los puntos clave de Apocalipsis: Jesús venció como Cordero siendo obediente hasta la muerte de cruz y se dio como ejemplo de los que vencen. Consiguió la victoria siendo obediente hasta la muerte de cruz (Fil. 2:8-9) y por lo tanto es exaltado como León de la tribu de Judá. Apocalipsis demuestra que la misma obediencia a la muerte es requerida para los santos, quienes son conquistados por la bestia (13:7) y martirizados porque se rehusan a adorar a la imagen de la bestia (13:15), pero a quienes vemos más adelante en 15:2 como victoriosos sobre la bestia y su imagen y el número de su nombre. Pedro señala a Cristo como nuestro ejemplo de uno que sufrió injustamente hasta morir en la cruz (1 Pedro 2:13-25, 3:9 ff.) pero que ahora ha subido al cielo y "está a la diestra de Dios; y a él están sujetos ángeles, autoridades y potestades" (1 Pedro 3:22). Aquellos que sufren con Él reinarán con Él (5:10, 20:4-6, 22:5). Lang comenta que Laodicea era un pobre lunático, sentado en la inmundicia, pero alardeando de riquezas fantasiosas. Aquél que, humillándose, venciere este orgullo lastimoso, se sentará a la mesa ahora con el Señor y más adelante se sentará con Él en gloria y sobre Su trono.

v. 22 - El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias - Note la fórmula: "El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias". Todos necesitamos hacer caso a lo que se dice acá.


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