Apocalipsis: Los dos testigos

R. A. Taylor


Ross A Taylor nació en 1955 en Inglaterra. Es soltero y vive en Inglaterra aproximadamente unos 5 meses al año. Tiene un título en Física de la Universidad de York (1973-1976), seguido por tres años de estudios de postgrado en combustión de petróleo combustible pesado. Trabaja como ingeniero de software y de procesos en la industria del cemento, viajando por el mundo 7 meses al año. Ha trabajado en 20 países. La mayor parte del comentario sobre Apocalipsis fue escrito cuando estaba en el exterior, especialmente en Corea del Sur. Como resultado de su trabajo, visitó la India y coleccionó pinturas en miniatura indias y comenzó a apoyar una escuela bíblica en ese país. Se convirtió bajo el ministerio de David Watson, en 1973, mientras estaba en la universidad., y es de orientación básicamente carismática (grupos caseros) aunque más conservador teológicamente. Entre sus pasatiempos e intereses se encuentran: Internet, la Biblia, temas cristianos actuales (creación, ex homosexuales), fotografía (vea sus fotografías de viajes a Bali y EE.UU.) y cálculos actuariales. Tiene una excelente colección de sellos victorianos. 



20. Los dos testigos (11:1)

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Ilustraciones de Duncan Long


(Ap. 11:1) Entonces me fue dada una caña semejante a una vara de medir, y se me dijo: Levántate, y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él. {2} Pero el patio que está fuera del templo déjalo aparte, y no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles; y ellos hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses. {3} Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio, {4} Estos testigos son los dos olivos, y los dos candeleros que están en pie delante del Dios de la tierra. {5} Si alguno quiere dañarlos, sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus enemigos; y si alguno quiere hacerles daño, debe morir él de la misma manera. {6} Estos tienen poder para cerrar el cielo, a fin de que no llueva en los días de su profecía; y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces quieran. {7} Cuando hayan acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá y los matará. {8} Y sus cadáveres estarán en la plaza de la grande ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado. {9} Y de los pueblos, tribus, lenguas y naciones verán sus cadáveres por tres días y medio, y no permitirán que sean sepultados. {10} Y los moradores de la tierra se regocijarán sobre ellos y se alegrarán, y se enviarán regalos unos a otros; porque estos dos profetas habían atormentado a los moradores de la tierra. {11} Pero después de tres días y medio entró en ellos el espíritu de vida enviado por Dios, y se levantaron sobre sus pies, y cayó gran temor sobre los que los vieron. {12} Y oyeron una gran voz del cielo que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en una nube; y sus enemigos los vieron. {13} En aquella hora hubo un gran terremoto, y la décima parte de la ciudad se derrumbó, y por el terremoto murieron en número de siete mil hombres; y los demás se aterrorizaron, y dieron gloria al Dios del cielo. {14} El segundo ay pasó; he aquí, el tercer ay viene pronto.

Esta sección interviene entre la sexta trompeta de advertencia de Dios y la séptima trompeta, cuando Cristo vuelve y cuando el arrepentimiento ya no es posible. Así como hay un interludio entre el sexto y el séptimo sello que mostraba el sellado de los 144.000 y la visión de la gran multitud y donde ambos representaban a la iglesia, así ahora tenemos otro interludio entre la sexta y la séptima trompeta que muestra la iglesia en su testimonio. El propósito es mostrar que además de desastres y dolores causados por estas trompetas que están diseñadas para traer a la gente al arrepentimiento, y que han fallado, se requiere también del testimonio de la iglesia adicionalmente. Dios habla al hombre a través de desastres terrenales y el dolor, pero también a través de Su iglesia. Sólo después que el testimonio de Su iglesia esté completado puede venir la séptima trompeta, que es final. Esta sección, aunque no es cronológica, describe el testimonio de la iglesia al mundo desde la ascensión hasta la Segunda Venida. La iglesia es el templo de Dios y es medida primero, es decir protegida espiritualmente del poder del enemigo. El testimonio de la iglesia al mundo es su gran obra según la comisión de Cristo (Mt. 28:18, Mr. 16:15, Lc. 24:45, Jn. 10:21, Hch. 1:8), y hasta que no haya terminado Él no volverá (Mt. 24:14). Los dos testigos se refieren al hecho de que Jesús envió a sus discípulos de dos en dos; dos testigos son requeridos para establecer la veracidad de su testimonio. La iglesia recibe el poder de Dios y es llenada con el Espíritu; avanza en el poder de Elías y Moisés. Cuando ha terminado de testificar es vencida por la bestia por un breve período, pero luego vuelve a la vida y ocurre el rapto para que esté con el Señor. Sigue después la séptima trompeta que anuncia el reino de Dios.

Ap. 10:11 - Y él me dijo: Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes - Este versículo del capítulo anterior de hecho presenta esta sección. Note la descripción en cuatro partes, indicando que la gente viene de los cuatro rincones de la tierra (ver 11:9).

Los dos testigos representan a la iglesia que testifica, más que dos individuos:

  1. La iglesia recibió poder para testificar en Pentecostés (ver v. 3 "daré a mis dos testigos que profeticen"). Comparar con Hch. 1:8, 2:8.
  2. Dos es el número para establecer un testimonio, una constancia (Dt. 17:6, Jn. 8:17, 2 Cor. 13:1). Por ejemplo, el Señor envió a sus discípulos de dos en dos (Mr. 6:7)
  3. Son descritos como "dos olivos, y los dos candeleros que están en pie delante del Dios de la tierra" (11:4). Ya hemos visto que la iglesia está simbolizada por candeleros en 1:20. Los olivos representan el poder del Espíritu Santo que habían recibido los testigos (Hch. 1:5, 1:8, 2:17)
  4. Profetizan durante el mismo período (1.260 días) como los adoradores y que el templo de Dios y su ciudad santa son hollados por los gentiles (42 meses). Estas tres designaciones son todas indicativas de la iglesia.
  5. Se levantan de la muerte y pasan por el rapto como ocurre con la iglesia (11:11-12)

Los dos testigos pueden ser comparados con la bestia de la tierra, el falso profeta:

  1. Hay dos testigos y la bestia tiene dos cuernos
  2. Uno habla la palabra de Dios (verdad) y el otro la del diablo (mentiras)
  3. Ambos hacen milagros
  4. Uno es la voz profética de Dios y el otro es el falso profeta
  5. Uno recibe poder de Dios y el otro del dragón

v. 1 - Entonces me fue dada una caña semejante a una vara de medir, y se me dijo: Levántate, y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él - El trasfondo del Antiguo Testamento está en Ez. 40:2-5, 45:3-4 y Zac. 2:1-10. Compare esto también con la medición de la nueva Jerusalén (Ap. 21:15-17). En el versículo siguiente el templo es llamado la ciudad santa. Se le dice que mida el templo y el altar. El templo de Dios es la iglesia y bajo el altar están las almas de los mártires (6:9). Debe contar los adoradores que están allí; esto sólo puede ser la iglesia que adora a Dios en espíritu y en verdad. Está implícito que estos son adoradores de Dios porque es el templo de Dios el que está siendo medido. Estos están en contraste con aquellos que adoran a la bestia, y enfatiza el tema de la adoración que se encuentra en el libro. Note que este es otro censo ("mide... a los que adoran"); el primer censo en Apocalipsis fue también de los redimidos (7:4). El templo probablemente se refiera a aquellos que están en la tierra y el altar, a los que están en el cielo. Él cuenta a todos los redimidos que son testigos de Dios. La medición en este caso debería ser considerado como parecido al sellado de los 144.000 (cf. 21:15-17), es decir la preservación (medición en las Escrituras puede ser simbólico de preparación, ya sea para destrucción o para preservación, cf. Num. 35:5, Sal. 60:6, Is. 65:7 Horton). Pero note que no los protege de la muerte (ver 11:7). La palabra para templo en griego es naos (G3485), que se usa también para describir a la iglesia (1 Cor. 3:16, 1 Cor. 6:19, 2 Cor 6:16, Ef. 2:21). A Juan mismo se le dice que mida el templo. Sólo a los sacerdotes se les permitía entrar al Lugar Santísimo, pero ahora todos los creyentes pueden entrar; por lo tanto, esta es un cuadro del nuevo templo, el pueblo de Dios (1 Cor. 3:16).

A Juan se le da una caña para medir el templo. Lenski considera que esta es la Palabra o el evangelio, en su función de determinar quién está en la iglesia y quién fuera de sus límites. Fija una frontera, una línea demarcatoria entre lo que está dentro y pertenece al Santuario de Dios, y lo que está afuera y es profano. En el capítulo 11 vemos a la iglesia en su relación con el mundo, primero como separado de él pero luego, sin embargo, sirviendo los propósitos de Dios en el mundo (Lenski). El patio interior se mide porque contiene a la iglesia, así como la Nueva Jerusalén es medida en 21:15; la Nueva Jerusalén es también la iglesia. Había cuatro patios en el templo; el patio exterior era para los gentiles; el patio siguiente era para las mujeres judías; luego había uno para los hombres judíos y uno para los sacerdotes. Y finalmente estaba el Lugar Santísimo al que sólo el Sumo Sacerdote podía entrar una vez al año. La barrera entre los sacerdotes y el Lugar Santísimo fue dejada a un lado con la muerte de Cristo (Mt. 27:51) y ahora todos los cristianos son sacerdotes que pueden entrar en el Lugar Santísimo. Note que el templo de Jerusalén había sido destruido para el tiempo que Juan escribió esto.

¿Cuál es el significado del altar en: "Levántate, y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran el él"? Como yo lo veo, los adoradores son el templo y el altar. Ya hemos visto que el templo representa a la verdadera iglesia, pero ¿y el altar? Creo que la pista en el quinto sello (especialmente en 6:9): "Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían." En el Antiguo Testamento la sangre era vertida bajo el altar del holocausto (Lv. 4:7). Esto indica que su muerte por martirio es visto como un sacrificio sobre el altar. La misma palabra para muerto (sphazo) es usada tanto para el Cordero (el Cordero que fue inmolado) y los mártires. "Sphazo" significa literalmente muerto salvajemente, o despedazado. Siguen los pasos de su amo (1 Cor. 5:7b: "nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros", cf. 1 Pedro 2:19-25, 4:1).

Considere ahora la tercera copa y la voz desde el altar en 16:7, que considero es la voz de los mártires: "También oí a otro, que desde el altar decía: Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos" que es en respuesta al ángel que dijo: "Justo eres tú, oh Señor, el que eres y eras, el Santo, porque has juzgado estas cosas. Por cuanto derramaron la sangre de los santos y de los profetas, también tú les has dado a beber sangre; pues lo merecen" (16:5-6).

En ambos casos yo tomo el altar como que es el altar del sacrificio (más que de incienso) sobre el que los mártires sacrificaron sus vidas, es decir que estaban dispuestos a morir por su fe. Así, veo que el altar representa a aquellos que murieron en su fe. En un sentido representan el morir diario al yo que se requiere de los verdaderos adoradores de Cristo. Si miramos a Rom. 12:1, la adoración es ofrecer nuestros cuerpos (sobre el altar del sacrificio) como un sacrificio vivo, es decir día a día, siendo el martirio es el sacrificio más alto. Así, el altar del sacrificio está muy conectado con nuestra adoración. En el contexto del próximo versículo (11:2), que habla de persecución, Juan está contando a aquellos que están dispuestos a morir por su fe. Como resultado de la persecución están los Dos Testigos.

v. 2 - Pero el patio que está fuera del templo déjalo aparte, y no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles; y ellos hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses - La iglesia, el Israel de Dios, ha sido medida para preservarla, pero no a aquellos "gentiles" afuera de la iglesia. Ellos no pertenecen al pueblo de Dios y por lo tanto no son medidos (cf. 21:27, 22:15). El patio exterior del templo pertenece a los gentiles. En Lucas 21:23 Jesús dijo que Jerusalén, la ciudad santa, sería hollada por los gentiles hasta que el tiempo de los gentiles sea cumplido. Luego de esto habrá señales en la tierra y en los cielos, y luego viene el retorno de Cristo a la tierra. Los gentiles acá significa las naciones, es decir el mundo, porque están afuera del patio interior, que es el Lugar Santísimo, donde moran Dios y la iglesia (Ez. 43:5-7). Ellos pisotean la ciudad santa, lo cual significa que persiguen a la iglesia, que es la ciudad santa, la Nueva Jerusalén (21:2) hasta que vuelva Cristo. Así como los gentiles pisotean la ciudad santa por 42 meses, la iglesia es perseguida durante la era del evangelio por el mundo. Contraste esto con Dios pisoteando a los paganos en su lagar (14:20, 19:15, la misma palabra en griego, pateo). Los paganos experimentarán la ira de Dios en venganza y justicia. Ellos pisotean la ciudad santa, lo que significa que la profanan (Dn. 11:31) y también los santos serán perseguidos por la bestia por un tiempo, tiempos y medio tiempo (tres años y medio, o 42 meses), Dn. 7:25, 12:7. Juan tiene en mente la persecución más que la profanación. Vemos más tarde que matan a los dos testigos cuando han terminado su testimonio, y dejan sus cuerpos en la calle sin enterrarlos, lo que es una señal de desprecio. Así como los gentiles pisotean la iglesia, así fue entregado Jesús a los gentiles para ser crucificado (Mt. 20:19). Deberíamos notar que tanto los gentiles como los judíos tomaron parte en la crucifixión de Jesús. Tanto los sumos sacerdotes como sus oficiales, representativos de la iglesia apóstata (ver Jn. 19:6 y compare con "donde también nuestro Señor fue crucificado" de Ap. 11:8) y Pilato, representante del mundo gentil, fueron responsables de la crucifixión. Johnson nota que la palabra "gentiles" (gr. ethnos) es traducido en el resto de Apocalipsis como "naciones" en la Biblia NIV. Gentiles debe entenderse mejor entonces como paganos o incrédulos (ver también Lenski). También puede notarse que en el tabernáculo (el antecesor del templo, ver v. !) el candelero era colocado en el Lugar Santo (Heb. 9:2) al lado del Lugar Santísimo. Así como el candelero es usado como un símbolo de la iglesia (1:20 cf. 11:4) y aquí la figura de la ciudad santa es usada para la iglesia, el punto es que la iglesia es santa. La palabra "santos" (gr. hagios) tiene su raíz en la palabra santo, significando personas santas o consagradas.

v. 2 - y ellos hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses - Este es el mismo tiempo que:

  1. Los dos testigos profetizan por 1260 días (42 x 30=1260)
  2. Elías oró que no lloviera tres años y medio (ver v. 6) y es cuidado por Dios en forma sobrenatural
  3. El tiempo que está la mujer en el desierto (13:5, 42 meses). Esto supone 30 días en un mes y que "tiempo, tiempos y medio tiempo" es tres años y medio.

Nota: 42 meses es el mismo tiempo durante el cual los gentiles pisotean la ciudad santa y el período en que la bestia ejerce su autoridad. El tiempo que la mujer está en el desierto es un tiempo, tiempos y medio tiempo, que es el mismo tiempo que menciona Daniel (Dn. 7:25 y 12:7). La mujer se queda en el desierto 1260 días, y éste es el tiempo también de la profecía de los dos testigos. Así, los capítulos 11, 12 y 13 son sincrónicos. Nuestra interpretación de estos capítulos dependerá de lo que representa este período. No debemos tomar este período como un número literal porque esto nos permitiría fechar exactamente el día del retorno de nuestro Señor. Una lectura superficial indicaría que esto representa tres años y medio literales. Estos períodos son todos el mismo período. ¿Qué nos dice esto? Examinemos cada aparición de este período en Apocalipsis y en el resto de la Biblia.

  1. Ap. 11:2 - ellos hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses - Jerusalén fue hollada por los gentiles históricamente desde 70 d.C. hasta 1967 d.C. cuando Jerusalén estuvo nuevamente en manos de los judíos. La persecución de la iglesia comenzó cuando Esteban fue martirizado que fue algo antes. En cualquiera de las dos interpretaciones de la ciudad santa, sea la Jerusalén terrenal o la iglesia, el período de 42 meses comienza poco después de Pentecostés. La ciudad santa es más probablemente una referencia a la iglesia. Había 42 campamentos de Israel en el desierto (Num. 33:5 ff. ) lo que es una posible referencia al tiempo de la iglesia en el desierto (ver iii y iv abajo).
  2. Ap. 11:3 - Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días - Los discípulos recibieron poder para testificar en Pentecostés. Note que al final de su ministerio son muertos durante tres días y medio antes de que pasen por el rapto (11:12)
  3. En 12:6, los 1260 días del tiempo de la mujer en el desierto comienza después de la ascensión.
  4. En 12:13, el tiempo, tiempos y mitad de un tiempo del tiempo de la mujer en el desierto comienza cuando el dragón es arrojado a la tierra y después que la mujer hubo dado a luz al niño. El dragón perdió su lugar en el cielo cuando Jesús fue crucificado porque la base de su acusación ya no es válida; Jesús había pagado el precio del pecado. De hecho, Jesús vio a Satanás caer a la tierra durante su ministerio.
  5. En 13:5 la bestia ejerce su autoridad durante cuarenta y dos meses. La bestia ciertamente puede ser identificada con el Imperio Romano del tiempo de Juan. Encuentra su cumplimiento completo cuando aparece el anticristo. El objetivo principal de Juan es fortalecer al pueblo de Dios para el tiempo de la persecución. Fue escrito para mostrarle al pueblo de Dios lo que ocurriría pronto (1:1). La palabra pronto cubre toda la era del evangelio hasta el retorno de Cristo.

De lo anterior es claro que el tiempo comienza con la ascensión y dura hasta la segunda venida y por lo tanto no puede ser igualado con el período de tres años y medio de persecución justo al final. Aunque hay un breve período al final de los tres días y medio cuando parece que la bestia va a triunfar sobre la iglesia y su testimonio es silenciado por tres días y medio (11:7 ff.). Esto es más probable que equivalga a la segunda mitad de la semana de Daniel en Dn. 9:27. Este es el mismo tiempo que Daniel permite para que Antíoco Epifanes tiranice Jerusalén, un período de gran horror para los judíos, pero no obstante un período de tiempo fijo. El término tiempo, tiempos y medio tiempo aparece dos veces en Daniel: primero, en Dn. 7:25 cuando otro rey va a surgir, distinto de los otros:

Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley; y serán entregados en sus manos hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo.

Y, en segundo lugar, en Dn. 12:6-7

¿Cuándo será el fin de estas maravillas? Y oí al varón vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río, el cual alzó su diestra y su siniestra al cielo, y juró por el que vive por los siglos, que será por tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo. Y cuando acabe la dispersión del poder del pueblo santo, todas estas cosas serán cumplidas.

Esto ha sido relacionado por algunos con la primera o segunda mitad de la semana de Daniel de siete años (Dn. 9:27). Ver también la discusión sobre 11:9. Deberíamos verlos como el tiempo del testimonio y la persecución de la Iglesia a lo largo de la era del evangelio. El uso en Daniel indica un período intenso de sufrimiento en los últimos tiempos cuando surja el anticristo. En los dos pasajes de Daniel citados el primer período de un tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo parece corto (Dn. 7:25); en el segundo período el tiempo parece largo (Dn. 12:7). En ambos casos los santos parecen estar derrotados pero serán librados (Dn. 7:26-27, 12:1).

Deberíamos notar también que este período de tres años y medio es también el mismo tiempo de sequía sobre el cual oró Elías (1 Reyes 17:1, Stg. 5:17) y el tiempo que fue cuidado milagrosamente por cuervos y la viuda con su harina y aceite que no se consumieron (1 Reyes 17:4-16). Así, el período de tiempo indica a la vez persecución y cuidado divino.

Nuestra interpretación de este período de tiempo está claramente sujeto al debate y es importante porque la interpretación de los capítulos 11, 12 y 13 en los que este tiempo aparece 5 veces, dependerá de nuestra interpretación de este período de tiempo. ¿Indica este período un corto tiempo de persecución en los últimos tiempos cuando aparezca el anticristo o significa toda la persecución a lo largo de la era del evangelio? Así como esperamos que aparezca el anticristo (1 Jn. 2:18) también sabemos que muchos anticristos han venido. Así como esperamos que sea revelado el hombre de pecado (2 Tes. 2:3), sabemos que el poder secreto del pecado ya está trabajando. Yo, por lo tanto, propondría que este período se refiere a la era del evangelio en general y la venida del anticristo en particular. El libro de Apocalipsis debe ser una bendición para los cristianos de todas las edades y no sólo para la última generación. Así, por ejemplo, Nerón y Domiciano eran tipos del anticristo, pero no eran el anticristo. Hay acuerdo general sobre que los últimos días comienzan con la ascensión, llegando a su clímax con la Segunda Venida. En la sección que tenemos aquí, el testimonio de la iglesia comenzó en Pentecostés, cuando el Espíritu Santo vino sobre ellos y comenzaron a profetizar. Esto continuará hasta que el testimonio de la iglesia sea silenciado por el anticristo.

v. 3 - Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio - El templo interior es medido y separado y como tal testifica al mundo (Lenski). Hay dos testigos porque se requieren dos testigos para establecer la veracidad de un testimonio (Dt. 17:6, Jn. 8:17, 2 Cor. 13:1). Los discípulos fueron enviados de dos en dos (Mr. 6:7). Los dos testigos profetizan durante el mismo período en que los gentiles pisotean la ciudad santa (1260 días=42 meses, v. 2) y durante el mismo período en que la bestia ejerce su autoridad (42 meses, 13:5). El v. 4 alude a Zorobabel y Josué el Sumo Sacerdote, quienes representan la función real y sacerdotal de la iglesia (cf. 1:6) así como el testificar en el poder del Espíritu Santo (Zac. 4 ff.). El v. 6 alude a Elías y Moisés, quienes representan la función profética de la iglesia (Dt. 18:15, 34:10); el v. 10 los llama los dos profetas. La palabra poder no está en el original griego, pero está implicado. Dice "Y daré (didomi) a mis dos testigos que profeticen..." Sin embargo, su poder (exousia) es mencionado en v. 6. Sweet señala el paralelo entre "Y daré a mis dos testigos que profeticen" y "le fue dado a las naciones y hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses (traducción literal de Sweet).

El período de tiempo es indicado como de 1260 días, lo cual enfatiza el testimonio día a día de la iglesia (Hailey). La iglesia es un testimonio de Jesucristo. Inicialmente debían ser testigos visuales (Hch. 2:32, 13:30, 26:15). La iglesia testificará al mundo durante la era del evangelio hasta que Cristo vuelva de nuevo (v. 12), cuando los muertos en Cristo se encontrarán con Él en el aire. Recibieron poder para testificar y profetizar cuando vino sobre ellos el Espíritu Santo en Pentecostés. Jesús les dijo, "recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra" (Hch. 1:8, ver también Mr. 13:9). De acuerdo con el discurso de Pedro en Hch. 2:16-21, los últimos días profetizados por Joel comenzaron en Pentecostés, cuando los discípulos comenzaron a hablar en otras lenguas, declarando las maravillas de Dios.

Los dos testigos no son dos individuos sino la iglesia que testifica. En v. 10 son también dos profetas porque la iglesia testifica en el poder de Elías y Moisés. Cuando han terminado su testimonio son muertos (su testimonio es sellado con su sangre), seguido tres días y medio después por su resurrección y rapto. Su poder está ilustrado en v. 6: Estos tienen poder para cerrar el cielo, a fin de que no llueva en los días de su profecía; y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces quieran. Mirando más detenidamente, su poder es el poder de las oraciones del pueblo de Dios (ver comentario sobre v. 6).

Se nos dice que son profetas. En v. 3 "daré a mis dos testigos que profeticen pro mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio". En v. 6 se nos dice que tienen el mismo poder que el profeta Elías, y en v. 10 se nos dice que "estos dos profetas habían atormentado a los moradores de la tierra". Su profecía es decir la palabra de Dios más que predecirla. La profecía será un mensaje de arrepentimiento y, por lo tanto, están vestidos de cilicio, que suele simbolizar humildad y luto (Jonás 3:8, Mt. 4:17, Zac. 13:4, Jer. 4:8, Mt. 11:21). Ver el mensaje de Pedro en Pentecostés (Hch. 2:38), "Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros". Compare con Juan el Bautista que fue delante del Señor en el espíritu y el poder de Elías (Lc. 1:17), que vestía ropa de pelo de camello y predicaba, "Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado" (Mt. 3:1, 4). Antipas, en 2:13, fue un testigo fiel de su fe en Cristo y fue martirizado en la ciudad donde Satanás vive. Los dos testigos testifican al mundo, y cuando han terminado son muertos. Pertenecen a un grupo que se dice que testifica en Apocalipsis, y especialmente a los mártires. Tenemos ejemplos: Jesús, cuyo testimonio es el libro de Apocalipsis (1:9); el quinto sello revela los mártires que han sido muertos por el testimonio que habían mantenido (6:9); están lo que vencieron a Satanás por la palabra de su testimonio (12:11); son la descendencia de la mujer contra quien Satanás hace guerra, quienes obedecen y mantienen el testimonio de Jesús (12:17); los hermanos de Juan son aquellos que mantienen el testimonio de Jesús (19:10); Juan ve las almas de los decapitados por su testimonio de Jesús y por la palabra de Dios (20:4).

v. 4 - Estos testigos son los dos olivos, y los dos candeleros que están en pie delante del Dios de la tierra - Los dos olivos, significando una provisión abundante de aceite para sus lámparas, es decir el Espíritu. Esta imagen viene de Zac. 4:2. Los dos testigos debían testificar en el poder del Espíritu Santo. La famosa frase "No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu" viene de Zac. 4:6. Note también las siete lámparas del Espíritu Santo mencionadas en Ap. 4:5; estas son las siete lámparas sobre el candelero enfrente de la mesa de los panes (Ex. 40:22). La imagen del candelero está en Zac. 4:2 y también en Ap. 1:20, donde el candelero es la iglesia. La iglesia es la luz del mundo (Mt. 5:14) y la iglesia es una luz en la oscuridad del mundo (Hch. 13:47). Hay dos olivos y dos candeleros porque se requieren dos para establecer la veracidad de un testimonio. No significa que sólo dos séptimos de la iglesia testificará; es parte del simbolismo del pasaje. Dios derramará Su espíritu sobre la iglesia y profetizará (Hch. 2:16-21). Esto se cumplió en Pentecostés y se está cumpliendo a lo largo de la era de la iglesia y se cumplirá nuevamente antes que aparezca el anticristo. Deberíamos notar también que es el testimonio público de la iglesia (v. 10) porque los dos profetas atormentaban a los moradores de la tierra. Ellos profetizan, es decir dicen la palabra de Dios. Los dos ungidos que sirven a Dios son Zorobabel y Josué, que representan la función real y sacerdotal del ministerio (Hg. 1:1, Zac. 4). En Ap. 1:6 los santos son mencionados como "reyes y sacerdotes para Dios, su Padre". Elías y Moisés se refieren más adelante al ministerio profético (v. 5, 6). Ap. 1:6, 5:10 y 20:6 se refieren todos al ministerio profético (ver también 11:18, 16:16, 18:20, 18:24, 22:9).

Considere las siguientes referencias a la Iglesia y al Espíritu Santo como testigos:

v. 5 - Si alguno quiere dañarlos, sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus enemigos; y si alguno quiere hacerles daño, debe morir él de la misma manera - El fuego se refiere a la palabra de Dios (Jer. 5:14, "yo pongo mis palabras en tu boca por fuego, y a este pueblo por leña, y los consumirá". Ver también Jer. 23:29. Así, los dos testigos testifican en el poder del Espíritu con la palabra de Dios. El Espíritu y la palabra van juntos porque el Espíritu es el Espíritu de verdad, y la palabra es la verdad (ver también Ef. 6:17). Cuando la iglesia en Hechos fue llenado con el Espíritu, hablaron la palabra de Dios con denuedo (Hch. 4:31). La bestia de la tierra tienen un fuego falso (13:13). Nada puede dañarlos mientras están testificando porque tienen la autoridad de Cristo (Lc. 10:19). Esto es una referencia también al profeta Elías (2 Reyes 1:10) en que Elías hizo que descendiera fuego del cielo y consumiera a sus enemigos. Note que Jesús retó a sus discípulos cuando quisieron hacer descender fuego del cielo para destruir a los que no lo recibieron, así que no debemos tomar esto en forma literal. Lucas 21:12-19 muestra que los santos serán perseguidos, pero esto resultará en que serán testigos a sus perseguidores y que se les darán palabras y sabiduría que ellos no podrán resistir ni contradecir. Aquellos que traten de dañarlos son los que rechazan su testimonio y por lo tanto lo rechazan a Cristo y a Dios (Lc. 10:16). Son estas palabras las que condenarán a sus perseguidores que no arrepienten (Jn. 12:48). El que rechaza al Hijo permanece bajo la ira de Dios (Jn. 3:36). Vemos al principio de la secuencia de las trompetas que, en respuesta a las oraciones de los santos, el fuego del altar fue arrojado a la tierra (8:5). Aquellos que rechazan el testimonio de la iglesia morirán en el lago de fuego. Nota: mientras que sale fuego de las bocas de los dos testigos, sale agua de la boca del dragón (12:15), blasfemia de la boca de la bestia (13:6), ranas de las bocas del dragón, de la bestia y del falso profeta (16:13).

v. 6a - Estos tienen poder para cerrar el cielo, a fin de que no llueva en los días de su profecía - En 11:3 dice que estos testigos recibirán poder; aquí se lo describe. Tienen poder para impedir la lluvia - tienen el mismo poder profético que Elías (1 Reyes 17:1, Stg. 5:16-18) quien tenía el poder para impedir que llueva durante tres años y medio. Ellos profetizan durante 1260 días (v. 3), es decir 42 meses (v. 2), el mismo tiempo que los gentiles pisotean la ciudad santa, y 42 meses es lo mismo que los tres años y medio que Elías oró que no lloviera. Santiago comenta que la oración del justo es poderosa y efectiva y luego da el ejemplo de Elías. Ya hemos visto el poder de las oraciones de los santos en el preludio a las siete trompetas. El poder, entonces, es el poder de las oraciones de la iglesia que hemos visto junto con el incienso que sube ante Dios (8:4). Este período representa el tiempo desde la ascensión hasta la Segunda Venida, que es también la gran tribulación o la persecución. Éste es el mismo tiempo durante el que Dios cuida a la iglesia. Durante los tres años y medio de sequía, Elías fue cuidado en forma milagrosa por Dios. Los cuervos le traían comida y la harina y el aceite de la viuda no se consumió (1 Reyes 17:4-16). Note que tienen este poder sólo durante el tiempo en que profetizan. Cuando terminan de profetizar, son muertos (v. 7). Compare esto con el ministerio de Juan el Bautista que fue delante del Señor "en el espíritu y el poder de Elías" (Lc. 1:17). Su mensaje era "arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado" (Mt. 3:2), y fue preso y luego decapitado (Mt. 14:3 ff.).

v. 6b - y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces quieran - Vemos aquí los resultados de las oraciones de la iglesia manifestados en el mundo a través de, por ejemplo, las siete trompetas. Tienen el poder (exousia) de convertir el agua en sangre (compare con la segunda trompeta en 8:8), y de herir la tierra con todo tipo de plaga (segunda copa, 16:3). Tienen el mismo poder que Moisés, de herir a la tierra con todo tipo de plaga (Ex. 7:19). Considere las diez plagas sobre Egipto que en las que Moisés intervino. En Dt. 34:10 Moisés es llamado un profeta. Su poder se extiende sobre la tierra y el mar, y por lo tanto cubre toda la tierra (ver comentario sobre 10:2). Su testimonio es a toda la tierra (ver v. 9, 10), aun para los mercaderes y navegantes del capítulo 18. Hemos visto anteriormente que las siete trompetas son la respuesta de Dios a las oraciones de los santos (8:5), al igual que las siete copas o plagas. ¡Qué terribles son los resultados de las oraciones de los hijos de Dios! (Stg. 5:16-18). El Señor estaba trabajando con su testimonio que confirmó con señales y maravillas (Mr. 16:20, Hch. 14:3). Cuando la iglesia actúa en su capacidad oficial, su poder es real (ver Mt. 16:18-19, 18:18-20, Jn. 20:23, Hendriksen) porque está actuando bajo la autoridad de Cristo mismo (cf. Lc. 10:16-19, ver Mt. 16:19 acerca del poder de desatar y de atar).

Moisés y Elías aparecieron en la transfiguración (Mt. 17:3, Lc. 9:29). Ellos representan los ministerios sacerdotales y proféticos de la iglesia. Los dos olivos aluden a Josué y Zorobabel, quienes representan el ministerio sacerdotal y real de la iglesia. Ya hemos visto a la iglesia descrita por Juan como hecha por Jesús para ser reyes y sacerdotes para servir a Dios (1:6). Aquí vemos a la iglesia que sirve a Dios en su autoridad delegada. Nota: Elías fue transportado al cielo al final de su ministerio (2 Reyes 2:11, cf. 11:12). Pink destaca que hubo dos testigos ante Faraón, Aarón y Moisés (sacerdote y profeta) que realizaron las señales milagrosas. Faraón es uno de los tipos del Antiguo Testamento del anticristo. Pink da los siguientes tipos del Antiguo Testamento del anticristo: Caín, Lamec, Nimrod (Gn. 10:8-9, 1 Cr. 1:10, Miqueas 5:6), Quedorlaomer (Gn. 14), Faraón, Abimelec (Gn. 20:2-21:32, 26:1-26, Jueces 9:1-10, 2 Sam. 11:21, Sal. 34:1), Saúl, Goliat, Absalón, Herodes. A esto yo agregaría a Nabucodonosor que es usado como un tipo en Apocalipsis. Considere que fue convertido en una bestia, la estatua de oro y el horno de fuego.

v. 7 - Cuando hayan acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá y los matará - Hasta que hayan finalizado su testimonio son inviolables (v. 5). Los versículos anteriores muestran que el testimonio de la iglesia será poderoso en los últimos días. El evangelio será predicado a todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas, y habrá convertidos (7:9). Aunque no sea numéricamente fuerte, el Evangelio debe ser predicado en todo el mundo como un testimonio a todas la naciones y luego vendrá el fin (Mt. 24:14). Aquí encontramos que cuando hayan finalizado su testimonio la bestia surgirá del Abismo (infierno) y matará al testigo de la iglesia; su sangre sella su testimonio. La muerte de la iglesia testificante es probable que sea lo que se le dijo a Daniel en respuesta a la pregunta "¿Cuándo será el fin de estas maravillas?"(Dn. 12:6b): "... será por un tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo. Y cuando se acabe la dispersión del poder del pueblo santo, todas estas cosas serán cumplidas" (Dn. 12:7). Se dan más detalles de este versículo con la bestia del mar (abismo) en el capítulo 13, cuando guerrea contra los santos y los vence (13:7, cf. Dn. 7:3, 7:21). Y la bestia de la tierra que hizo que todos los que se rehusan a adorar a la imagen sean muertos (13:15). Su ministerio se parece al de Cristo que no podía ser tocado hasta que llegó su tiempo y que fue traicionado por Judas cuando Satanás entró en él (Lc. 22:3, Jn. 13:27).

Esta es la primera mención de la bestia del abismo que es descrita más adelante con más detalles (Ap. 13 y 17). La persecución seguirá a la predicación de la palabra, pero durante la predicación habrá protección divina. Ver la advertencia de Jesús sobre la persecución cuando envía a los doce en Mt. 10:22, "Seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre". Jesús nos enseña a no estar sorprendidos por la persecución. Este es el mensaje de Apocalipsis. Esta es la misma bestia que en Ap. 17:8 que saldrá del Abismo e irá a su destrucción y que es también la misma bestia que la que sale del mar en 13:1 y guerrea contra los santos y los vence en 13:7. Compare también el tiempo durante el cual los dos testigos profetizan, 1260 días (11:3) y el tiempo en que la bestia ejerce su autoridad, 42 meses (13:5). No deberíamos sorprendernos que la bestia venza y mate a los testigos. Esta es una de las principales advertencias del libro que los santos deben estar preparados y esperar morir por la fe. Así como Cristo murió en obediencia al Padre pero al hacerlo obtuvo victoria sobre el pecado y la muerte. Sin embargo, también nos muestra que el resultado final es la derrota del enemigo y la dicha para los santos. Otro punto de vista sobre este versículo es que representa el final de la proclamación del evangelio sobre la tierra y luego surgirá el anticristo por un tiempo breve, durante el cual no habrá predicación, y luego vendrá Cristo para reivindicar a Sus elegidos (Mt. 24:14). Está claro, a partir del contexto, que este evento ocurre poco tiempo antes de que Cristo venga de nuevo. Sin embargo, a lo largo de la historia de la iglesia, la bestia del infierno ha estado viniendo y persiguiendo al pueblo de Dios. En Daniel, aquellos que no quieren adorar a un dios falso son echados al horno o arrojados a los leones (Dn. 3:1 ff., 6:1 ff.). Sin embargo, Apocalipsis aclara que hay un horno mucho peor para los que adoran a la bestia (14:9 ff., 20:15, 21:8).

v. 8 - Y sus cadáveres estarán en la plaza de la grande ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado - La calle de la gran ciudad está en un contraste obvio a la gran ciudad de la Nueva Jerusalén, a lo largo de la cual crece el árbol de la vida (22:1-2). La gran ciudad es el mundo (ver v. 9). Figurativamente a la ciudad se la llama Sodoma (es decir, maldad), Egipto (es decir, opresión), y Jerusalén (es decir, persecución). Jerusalén, aparte de crucificar a Jesús, fue también la ciudad que apedreó a los profetas (Mt. 23:37). Esta es una ciudad compuesta, descrita como Babilonia la Grande más adelante en Apocalipsis (Ap. 17, 18). Aquí es donde también el pueblo de Dios debe predicar el evangelio, donde hay maldad, opresión y persecución, es decir el mismo mundo al que fue enviado Jesús (Jn. 17:18). Piense en Rusia o China. La gran ciudad es Babilonia. En 16:19 vemos a la gran ciudad partida en tres partes como resultado de la séptima copa. Los reyes de la tierra hacen luto por su destrucción en 18:10. Nínive también es un ejemplo de la gran ciudad (Gn. 10:12, Jonás 1:2). Babilonia (el sistema mundial) se encuentra ebria con la sangre de los santos (17:6) y juega un papel importante en perseguir a los santos, como lo hacen la bestia y el falso profeta (Ap. 13). La referencia a la ciudad "donde también nuestro Señor fue crucificado" es un recordatorio que sus discípulos deben tomar su cruz y seguirlo aun cuando conduzca a la muerte. Es también indicativo de la falsa religión (cf. Gal. 4:25-26) porque fueron los oficiales religiosos los que querían que Jesús fuera crucificado (Mt. 26:3-4, Jn. 19:6, 19:15).

v. 9 - Y de los pueblos, tribus, lenguas y naciones verán sus cadáveres por tres días y medio, y no permitirán que sean sepultados - Note la descripción de cuatro partes, indicando que vienen de los cuatro rincones de la tierra, es decir gente de todo el mundo. Esto confirma la universalidad de la gran ciudad. Esta es la misma gente a la que les deben predicar. Los tres días y medio contrastan con los 1260 días en v. 3 (es decir tres años y medio). Es un tiempo corto; compare esto con los diez días de Ap. 2:10. Esto puede ser comparado con los tres días que Jesús estuvo en la tumba después de los tres años de ministerio (Wilcock). Rehusar el entierro es una señal de desprecio. Note que los redimidos también vienen de estos grupos de personas. Algunos se convierten - ¡gloria a Dios! (5:9, 7:9, 13:7, 14:6).

Los tres días y medio son también media semana, y podría estar conectado con la media semana de Dn. 9:27, "Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador". Las semanas de Daniel (ver Dn. 9:24) se suelen interpretar como años. Así, media semana sería tres años y medio (cf. los 1260 días durante los que profetizan los dos testigos). Así, los dos testigos profetizan durante una media semana de años y están muertos durante media semana. Si tomamos esta interpretación, entonces los tres días y medio podrían corresponder a cuarenta y dos meses, o media semana de años, durante el cual la bestia ejerce su autoridad (13:5). También podría explicar por qué se mencionan los 1260 días en 12:6 cuando la mujer huyó al desierto para ser cuidada por Dios, y luego cuando el dragón había sido arrojado a la tierra y la mujer vuela de nuevo al desierto para ser cuidado por Dios por un tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo, fuera del alcance de la serpiente.

Primera media semana

Segunda media semana

11:2 la ciudad santa pisoteada por los gentiles durante 42 meses

13:5 la bestia ejerce su autoridad durante 42 meses

11:3 los dos testigos profetizan durante 1260 días

11:9 los dos testigos quedan tirados muertos en la calle de la gran ciudad durante tres días y medio

12:6 la mujer es cuidada por Dios por 1260 días

12:14 la mujer es cuidada por un tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo

La descripción cada pueblo, tribu, lengua y nación es usada también para:

  1. descripciones del origen universal de los salvados (5:9, 7:9)
  2. es el mismo grupo al cual el ángel tiene un evangelio eterno para proclamar (14:6)
  3. es el mismo grupo sobre el cual la bestia tiene autoridad (13:7)

En otras palabras, los que se salvan finalmente vendrán de todos los grupos de personas de la tierra

v. 10 - Y los moradores de la tierra se regocijarán sobre ellos y se alegrarán, y se enviarán regalos unos a otros; porque estos dos profetas habían atormentado a los moradores de la tierra - Enviarse unos a otros regalos es una parodia de Purim, cuando los judíos celebraban el alivio de sus enemigos que trataron de que fueran muertos todos los judíos (ver Ester 9:22 ff.). Después que los hijos de Israel dejaron Egipto, estaban contentos porque el terror de Israel había caído sobre ellos (Sal. 105:38). Al igual que en otros pasajes, parece haber un gran desencadenamiento de persecución antes del fin cuando el testimonio de la iglesia se silenciará (xxxx). Aquí, los dos testigos son llamados profetas (Moisés y Elías), es decir el testimonio profético de la iglesia que atormentaba a los habitantes de la tierra (ver v. 5 y 6). Este versículo muestra la ira de las naciones. Los profetas son recompensados en 11:18. Es su hora, así como las autoridades tuvieron su hora cuando lo crucificaron a Jesús (Lc. 22:53) y el mundo se regocijó sobre Él (Jn. 16:2o). En este punto el poder de las tinieblas parece haber triunfado, de la misma forma que Satanás parecía haber triunfado cuando Jesús fue crucificado.

v. 11 - Pero después de tres días y medio entró en ellos el espíritu de vida enviado por Dios, y se levantaron sobre sus pies, y cayó gran temor sobre los que los vieron - Cuando Cristo vuelva, los muertos en Cristo resucitarán primero (1 Tes. 4:16, 1 Cor. 15:51). Los malvados, los que son los enemigos de los santos, se llenarán de terror cuando Dios reivindique a los elegidos levantándolos de la muerte. El triunfo de la maldad tendrá poca duración, así como el triunfo de Satanás sobre Jesús fue convertida en derrota cuando Dios lo levantó de los muertos y demostró la caída de Satanás. En 13:7 también encontramos que a la bestia se le dio poder para guerrear contra los santos y para vencerlos, pero en 15:2 encontramos a aquellos que habían sido victoriosos sobre la bestia y su imagen y sobre el número de su nombre. Su victoria fue haber sido fieles hasta la muerte; Satanás no tiene respuestas a eso. Cuán a menudo el mundo se ha regocijado porque ha destruido el testimonio de la iglesia, hasta que el Espíritu de Dios sopla nueva vida en la iglesia, que redescubre las grandes verdades del evangelio, y como un Ave Fénix de las cenizas, se levanta ante el terror de sus perseguidores. "La sangre de los mártires es el semillero de la iglesia', para usar la gran frase de Tertuliano. Compare esto con la profecía de Ezequiel del valle de los huesos secos, "pondré en vosotros espíritu, y viviréis" (Ez. 37:6). "Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán. Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo" (Ez. 37:9-10).

v. 12 -Y oyeron una gran voz del cielo que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en una nube; y sus enemigos los vieron - Esta es una clara referencia al Rapto que coincide con la Segunda Venida (1 Tes. 4:15-17, los muertos en Cristo resucitarán primero, "esta no es ningún rapto secreto", Hendriksen). La palabra clave es nube. Las nubes casi siempre están asociados con la presencia de Dios o la segunda venida (1:7, 14:14, Ez. 30:3, Dn. 7:13, Joel 2:2, Sof. 1:15, Mt. 24:14). Después de predicar el evangelio a todas las naciones, es decir que la iglesia ha terminado su testimonio (ver v. 7), vendrá el fin (Mt. 24:14). Elías, según quien los testigos están modelados, fue llevado al cielo en un torbellino (2 Reyes 2:11). Esta sección clarifica uno de los puntos principales de Juan: aun cuando se requiere de los santos que sean fieles hasta la muerte, como su amo (2:10, cf. 2:13), ellos resucitarán como Él lo hizo. Esto parodia la vida de Cristo; ellos murieron pero no fueron enterrados por tres días y medio, volvieron a la vida y ascendieron al cielo. Note la similitud de su ascensión con la del Señor (Hch. 1:9). Ellos sellan sus testimonios con su sangre y el Señor confirma su testimonio levantándolos de la muerte.

v. 13 - En aquella hora hubo un gran terremoto, y la décima parte de la ciudad se derrumbó, y por el terremoto murieron en número de siete mil hombres; y los demás se aterrorizaron, y dieron gloria al Dios del cielo - Siete mil es simbólico y tiene la intención de indicar un número completo. En 16:19 la gran ciudad es partida en tres partes. Los sobrevivientes estaban aterrados cuando los dos testigos volvieron a la vida de nuevo por el terremoto; están tan aterrorizados que le dan gloria a Dios nuevamente. Esto recuerda el terror del sexto sello (6:12). Pero para entonces Dios muestra su poder terrible y es demasiado tarde para el arrepentimiento. El tiempo del juicio ha comenzado.

v. 14 - El segundo ay pasó; he aquí, el tercer ay viene pronto - La mayoría de los traductores traducen pronto como rápidamente. Esta oración ha sido colocada aquí para mostrar que el testimonio de la iglesia dura hasta la séptima trompeta que anuncia el tiempo de la ira de Dios y el juicio, cuando el arrepentimiento yo no más posible (11:18). La sección sobre los dos testigos queda entre la sexta y la séptima trompeta. Este versículo también introduce el tercer Ay, es decir la séptima trompeta que anuncia el reino de Cristo y el juicio. El tercer Ay viene enseguida después del segundo Ay. Hay un juego de palabras acá. El tercer Ay viene así como Cristo viene pronto; ambos coinciden.

21. La séptima trompeta, el tercer ¡Ay! (11:15)

(Ap. 11:15) El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos {16} Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en sus tronos, se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios, {17} diciendo: Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado. {18} Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra. {19} Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo. Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo.

v. 15 - El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos - Este es el tercer y peor Ay para el mundo. Cristo ha venido para juzgar al mundo, es el final de la historia, el tiempo del arrepentimiento ha pasado y es ahora tiempo para que comience el juicio. Ahora que el testimonio de la iglesia está completo (11:7) la séptima trompeta puede ser tocada que anuncia el final de la era (Mt. 24:31). La séptima trompeta anuncia el cumplimiento del misterio de Dios como lo indica el ángel fuerte en 10:7, y el reino de Cristo (el ungido de Dios, Dn. 7:14, Lc. 1:33, 1 Cor. 15:24). El misterio de Dios es Cristo (Col. 2:2). Este misterio será cumplido cuando Cristo vuelva y establezca Su reino y Su reinado (Dn. 7:27). Los muertos en Cristo resucitarán, "luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia" (1 Cor. 15:24). La séptima trompeta es una referencia a la última trompeta que anuncia la venida de Cristo y sus santos ángeles, y los muertos en Cristo se levantarán (Mt. 24:31, 1 Cor. 15:52, 1 Tes. 4:16). El reino que una vez perteneció al diablo ahora pertenece a Dios (Lc. 4:5) y reinará eternamente y para siempre (Ex. 15:18).

v. 16 - Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en sus tronos, se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios, {17} diciendo: Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado - Dios es adorado ahora como Aquél que es y que fue y no como el que vendrá, porque ya ha venido y ha tomado su gran poder y ha comenzado a reinar. Note que Dios es la única persona al que corresponde adorar. Este es el final de la historia humana.

v. 18 - Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra - Walvoord señala que la misma palabra (forma griega de orge) es usada para enojo e ira. El enojo de los hombres es malvado; la ira de Dios es santa. "Se airaron las naciones" es una vez más una referencia a un salmo mesiánico, Salmo 2. "Jehová está airado contra todas las naciones" (Is. 34:2). Este el tercer Ay culminante y también insinúa las batallas de más adelante en Apocalipsis (16:14, 19:19). El tiempo ha llegado para juzgar a los muertos, es decir el juicio. Acá tenemos un adelanto del juicio de Ap. 20:12. Vemos aquí una distinción entre los siervos de Dios, los profetas, y los santos (ver también 16:6, 18:20, 18:24). En el Nuevo Testamento la profecía es un ministerio de la iglesia y tal vez esté enfatizado en Apocalipsis porque es un libro profético y Juan era un profeta. El tiempo para recompensar a los siervos de Dios ha llegado. Esta idea de la recompensa corre a lo largo de las Escrituras (Sal. 115:13, Jer. 17:10, Dn. 12:13, Mt. 5:12, Ap. 22:12). Aquellos que fueron perseguidos ahora reciben su recompensa asignada (Mt. 5:12). En contraste con las recompensas está la retribución (es decir la destrucción) sobre los que destruyen la tierra; el castigo que corresponde al crimen. Caird ve a aquellos que destruyen a la tierra como una referencia al ángel del abismo cuyo nombre es Destructor, la bestia y Babilonia (destructora de toda la tierra, Jer. 51:25). Hailey señala que la palabra destruir significa corromper (cf. Gn. 6:12). Dios vio cuán corrupta la tierra se había vuelto, porque todas la personas en la tierra habían corrompido sus caminos. Los profetas y santos son descritos como aquellos que reverencian el nombre de Dios. Compare con aquellos que maldecían el nombre de Dios como resultado de la cuarta, quinta y séptima copa (16:9, 11, 21). También el Diablo y la bestia del mar blasfemaban a Dios (13:1, 13:5, 17:3). Vale la pena notar que no hay ninguna mención de un reino milenial que es introducido en la Segunda Venida.

v. 19a - Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo - El pacto con la gente ha sido cumplido. El Arca del Pacto contiene las tablas de piedra que le fueron dadas a Moisés en Sinaí con la ley sobre ellas (Heb. 9:4). El arca estaba en el Lugar Santísimo y significaba la presencia de Dios (1 Cr. 13:6, Heb. 9:3-4). Algunos ven en esto la presentación de una nueva perspectiva celestial para la próxima sección (Wilcock). En Heb. 9:3 encontramos que el altar de incienso estaba en el Lugar Santísimo, junto al arca del pacto. En 8:5 es el mismo altar del que el ángel tomó el fuego para arrojarlo a la tierra. En Jos. 6:8 hay siete sacerdotes con siete trompetas rodeando a Jericó con el arca del pacto siguiéndolos. Marcharon alrededor de la ciudad durante seis días y al séptimo día marcharon alrededor siete veces, con los sacerdotes tocando las trompetas. Mientras los sacerdotes hacían toques largos de sus trompetas, las paredes se vinieron abajo y todos fueron muertos excepto Rahab, la prostituta. Ellos marchan siete veces alrededor de las paredes con las trompetas tocando advertencias de destrucción para los que están dentro de la ciudad, que ante los toques largos es destruida. En 1 Cr. 15:24 siete sacerdotes debían tocar las trompetas antes de que el arca fuera traído a Jerusalén. Las siete trompetas, por tanto, anuncian la próxima presencia de Dios, junto con la destrucción. El arca del pacto habla de Su presencia e indica que estos juicios vinieron de parte de Dios.

v. 19b - Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo - Granizo, relámpagos y un terremoto son manifestaciones comunes de la presencia de Dios y del fin. Ver el preludio de las siete trompetas (8:5) y de la séptima copa (16:21) donde la ira de Dios ha terminado y las naciones se derrumban. Algunas de estas manifestaciones también aparecieron cuando Dios dio la ley en Sinaí (ver Ex. 19:16).


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