Apocalipsis: La quinta trompeta, el primer ¡Ay!

R. A. Taylor


Ross A Taylor nació en 1955 en Inglaterra. Es soltero y vive en Inglaterra aproximadamente unos 5 meses al año. Tiene un título en Física de la Universidad de York (1973-1976), seguido por tres años de estudios de postgrado en combustión de petróleo combustible pesado. Trabaja como ingeniero de software y de procesos en la industria del cemento, viajando por el mundo 7 meses al año. Ha trabajado en 20 países. La mayor parte del comentario sobre Apocalipsis fue escrito cuando estaba en el exterior, especialmente en Corea del Sur. Como resultado de su trabajo, visitó la India y coleccionó pinturas en miniatura indias y comenzó a apoyar una escuela bíblica en ese país. Se convirtió bajo el ministerio de David Watson, en 1973, mientras estaba en la universidad., y es de orientación básicamente carismática (grupos caseros) aunque más conservador teológicamente. Entre sus pasatiempos e intereses se encuentran: Internet, la Biblia, temas cristianos actuales (creación, ex homosexuales), fotografía (vea sus fotografías de viajes a Bali y EE.UU.) y cálculos actuariales. Tiene una excelente colección de sellos victorianos. 



18.6 La quinta trompeta, el primer ¡Ay! (9:1)

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Ilustraciones de Duncan Long


(Ap. 9:1) El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del cielo a la tierra; y se le dio la llave del pozo del abismo. {2} Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como humo de un gran horno; y se oscureció el sol y el aire por el humo del pozo. {3} Y del humo salieron langostas sobre la tierra; y se les dio poder, como tienen poder los escorpiones de la tierra. {4} Y se les mandó que no dañasen a la hierba de la tierra, ni a cosa verde alguna, ni a ningún árbol, sino solamente a los hombres que no tuviesen el sello de Dios en sus frentes. {5} Y les fue dado, no que los matasen, sino que los atormentasen cinco meses; y su tormento era como tormento de escorpión cuando hiere al hombre. {6} Y en aquellos días los hombres buscarán la muerte, pero no la hallarán; y ansiarán morir, pero la muerte huirá de ellos. {7} El aspecto de las langostas era semejante a caballos preparados para la guerra; en las cabezas tenían como coronas de oro; sus caras eran como caras humanas; {8} tenían cabello como cabello de mujer; sus dientes eran como de leones; {9} tenían corazas como corazas de hierro; el ruido de sus alas era como el estruendo de muchos carros de caballos corriendo a la batalla; {10} tenían colas como de escorpiones, y también aguijones; y en sus colas tenían poder para dañar a los hombres durante cinco meses. {11} Y tenían por rey sobre ellos al ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón, y en griego, Apolión. {12} El primer ay pasó; he aquí, vienen aún dos ayes después de esto.

v. 1 - El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del cielo a la tierra; y se le dio la llave del pozo del abismo - Sweet nota una pizca de parodia satánica: "la llave del abismo es dada al caído; las llaves de la muerte y del Hades son sostenidos por el resucitado" (1:18). Se dan varias interpretaciones para esta estrella. Esto es parecido a 20:1 en donde un ángel del cielo tiene las llaves del Abismo. En este caso, la estrella había caído del cielo a la tierra. Esto nos recuerda a 12:9 en donde Satanás es arrojado a la tierra con sus ángeles, en cuyo caso la estrella es Satanás. En Is. 14:12 la estrella de la mañana es arrojada a la tierra. Esto se ve normalmente como una referencia a Satanás que ha caído a la tierra. Jesús lo vio a Satanás caer como un rayo del cielo (Lucas 10:18). Tal vez debería ser identificado como el ángel del Abismo que se identifica en v. 11 como el destructor. Las estrellas son, a veces, una referencia a ángeles (ver 1:20). El ángel del Abismo es llamado también Destructor que, de nuevo, le cabría a Satanás. En 12:4 el dragón arrastró una tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó a la tierra. Estos es probable que sea una referencia a los ángeles que siguieron a Satanás. El Abismo es también de donde sale la bestia (11:7, 17:8, 18:8). Es donde es atado Satanás (20:3). En Lucas 8:3 los malos espíritus le ruegan a Jesús que no los envíe al abismo, que es el lugar de tormento (Mt. 8:29). En Rom. 10:7 parece ser la morada de los muertos. A la estrella "se le dio" la llave del pozo del abismo que nuevamente indica la soberanía de Dios. Si la quinta trompeta se interpreta como un ataque demoníaco contra la humanidad entonces parecería ser natural que la estrella fuera su amo, es decir Satanás.

v. 2 - Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como humo de un gran horno; y se oscureció el sol y el aire por el humo del pozo - Hay disimilitudes entre el sexto sello (6:12) donde el sol se vuelve negro como tela de cilicio hecho de piel de cabra (ver Joel 2:10). La oscuridad puede ser un símbolo de lo demoníaco. En este caso ciertamente lo es; el reino de Satanás es un reino de oscuridad (Col. 1:13). Si el Abismo es un lugar de tormento para los demonios (Mt. 8:29, Lc. 8:31) entonces si es abierto podríamos esperar que salga una corriente de demonios junto con el humo del fuego. Aquí Juan ha mezclado el humo del horno con una corriente de hordas demoníacas. Compare el humo del Abismo con el denso humo cuando se quemaron Sodoma y Gomorra que parecía "el humo de un horno" (Gn. 19:28) y la presencia del Señor en el Monte Sinaí (Ex. 19:18).

v. 3 - Y del humo salieron langostas sobre la tierra; y se les dio poder, como tienen poder los escorpiones de la tierra - Esto trae a la mente la visión de Joel de las langostas de Joel 1 y 2. Las langostas no son langostas comunes sino que son poderes demoníacos para traer miseria y oscuridad a las vidas de los hombres. La característica de las langostas es que devoran todo, destruyen todo en su camino (ver v. 11, en donde su rey se llama Abadón, que significa destructor). También indican un juicio de Dios como en la octava plaga de langostas sobre Egipto (Ex. 10:4). Ver también 2 Cr. 7:13, Amós 4:9. Note que se les dio (indicando permiso divino) poder como del escorpión de la tierra. Para el uso de escorpiones para indicar lo demoníaco, ver Lucas 10:19 donde Jesús les da a sus discípulos "potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará" (Lc.10:19).

v. 4 - Y se les mandó que no dañasen a la hierba de la tierra, ni a cosa verde alguna, ni a ningún árbol, sino solamente a los hombres que no tuviesen el sello de Dios en sus frentes - Se les dijo que no dañaran su alimento natural. Todavía están bajo la soberanía de Dios. Compare esto con la orden de Dios a los ángeles antes de las siete trompetas (7:3), "no hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios". Compare esto con la primera trompeta en la que la tierra, los árboles y la hierba fue quemada. Ahora a las langostas se les dice que no dañen la hierba ni a ninguna planta o árbol. En vez de la vegetación, deben dañar a la humanidad (v. 4b). Sólo podrían dañar a los impíos; no pueden a los santos (ver Lc. 10:19) en donde a los discípulos se les da poder sobre serpientes, escorpiones y sobre todo poder del enemigo, y nada los dañará (note que serpientes y escorpiones se refiere a lo demoníaco). Una vez más le poder limitado de las langostas es una señal de la soberanía de Dios. No podían dañar a los sellados que fueron sellados antes que sonaran las trompetas. Así, la iglesia que todavía está sobre la tierra no es dañada por esta plaga, como ocurrió con los israelitas (cf. Ex. 8:22, 9:4, 10:23, 11:7). Esto parece ser una acometida masiva de los poderes demoníacos sobre toda la humanidad en los últimos días. No hay acá mención de un tercio como en las primeras cuatro y, por cierto, la sexta trompeta. Parece ser una aflicción universal sobre la humanidad. Tal vez esté conectado con el quinto sello que indica los mártires que han muerto. Hailey señala que la distinción hecha aquí entre los sellados y los que no han sido sellados es prueba adicional de que el número de ciento cuarenta y cuatro mil representa a los santos sobre la tierra en cualquier momento, y no un grupo especial de personas salvadas en el día final.

v. 5 - Y les fue dado, no que los matasen, sino que los atormentasen cinco meses; y su tormento era como tormento de escorpión cuando hiere al hombre - No los podían matar sino sólo torturarlos, es decir poder y duración limitados, porque cinco meses es aproximadamente el tiempo de vida de una langosta. Estas trompetas son advertencias a la humanidad y no juicios finales como son las siete copas. El efecto de la langosta en Joel 1:12 es quitar el gozo. El efecto de los malos espíritus sobre la humanidad es atormentar (Hch. 5:16) y afligir a la gente (Lc. 6:18). En Lc. 9:39 el demonio trata de destruir al niño. Lucas 10:19 indica el carácter demoníaco de los escorpiones. Esto nos recuerda a Job. Satanás podía hacerle lo que quisiera pero tenía que respetarle la vida. Ellos atormentan pero no matan a aquellos que no tienen el sello de Dios en sus frentes. En v. 3 vimos que a las langostas se les dio poder para herir como un escorpión. Acá vemos la agonía resultante que es la de una herida de escorpión. Las Escrituras nos enseñan que en los últimos días habrá un desencadenamiento de doctrinas demoníacas, espíritus engañadores, señales falsas y maravillas que engañan a los que están pereciendo (1 Tim. 4:1-3, 2 Tes. 2:9-12). Hay evidencia adicional de esto en Apocalipsis en el Cristo falso y en los milagros de la bestia de la tierra (13:11-15) y los tres malos espíritus que salen de la boca del dragón, la bestia y el profeta falso (16:13-14).

v. 6 - Y en aquellos días los hombres buscarán la muerte, pero no la hallarán; y ansiarán morir, pero la muerte huirá de ellos - Los hombres buscarán la muerte (hombres significa la humanidad) por el dolor de la herida. La herida no es fatal, como la herida del escorpión. Este versículo es difícil de interpretar. Parece escatológico, y "aquellos días" puede referirse a un tiempo bien cerca del final. Este tormento de la herida de la langosta está limitado a esta vida sola donde hay al menos la posibilidad de muerte, si no, no desearían morir. Contraste este deseo de morir con el deseo de Pablo de morir y estar con el Señor (Fil. 1:23, Morris). Su situación es como la de Job, quien deseaba morir (Job 3:21).

v. 7 - El aspecto de las langostas era semejante a caballos preparados para la guerra; en las cabezas tenían como coronas de oro; sus caras eran como caras humanas - Esto comienza la descripción de las langostas. Las langostas se parecen a caballos preparados para la batalla (ver Joel 2:4). Esto es cierto en la naturaleza. "Como" coronas de oro; esto es lo que usan también los veinticuatro ancianos (4:4) y Jesús (14:14). Sus caras se parecen a caras humanas; tenían la astucia, la crueldad y la inteligencia de los hombres (Mounce). Esto podría indicar también la naturaleza personal del ataque.

v. 8 - tenían cabello como cabello de mujer; sus dientes eran como de leones - El cabello largo podría ser un símbolo de vitalidad, como Absalón y Sansón. Los dientes de león enfatizan su poder (Joel 1:6).

v. 9 - tenían corazas como corazas de hierro; el ruido de sus alas era como el estruendo de muchos carros de caballos corriendo a la batalla - Las corazas de hierro enfatizan su carácter de inexpugnable. El sonido de sus alas realza su terror. Las carrozas corriendo a la batalla suena como la descripción de Joel de un ejército de langostas (Joel 2:5).

v. 10 - tenían colas como de escorpiones, y también aguijones; y en sus colas tenían poder para dañar a los hombres durante cinco meses - Esto amplía la descripción de los escorpiones de v. 3 y 5. La interpretación más probable es que se refiere a la opresión demoníaca sobre las mentes de los hombres. El propósito era traer a los hombres al arrepentimiento (v. 20). Una vez más, su poder es limitado en duración (5 meses); es una advertencia a la humanidad. Dios usa hasta los planes de Satanás para sus propios designios.

v. 11 - Y tenían por rey sobre ellos al ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón, y en griego, Apolión -Abadón=Destructor=Seol o Hades, la tierra de la muerte, oscuridad, silencio. Las langostas destruyen toda cosa viva en su paso, como lo hace Abadón. El ángel del Abismo del v. 1 es identificado acá como el Destructor. Esta descripción le cabe mejor a Satanás, quien es llamado el destructor en Juan 10:10. Él es el rey de estas hordas demoníacas. Este parece ser un ataque sin precedentes sobre la humanidad en los últimos días, probablemente asociado con el anticristo, cuyos poderes milagrosos son demoníacos (16:14).

v. 12 - El primer ay pasó; he aquí, vienen aún dos ayes después de esto - Esto finaliza el primer ay y presenta los dos restantes que son peores. Esto indica que hay una secuencia temporal, ya que la sexta trompeta sigue a la quinta trompeta.

18. 7. La sexta trompeta, el segundo ¡Ay! (9:13)

(Ap. 9:13) El sexto ángel tocó la trompeta, y oí una voz de entre los cuatro cuernos del altar de oro que estaba delante de Dios. {14} diciendo al sexto ángel que tenía la trompeta: Desata a los cuatro ángeles que están atados junto al gran río Éufrates. {15} Y fueron desatados los cuatro ángeles que estaban preparados para la hora, día, mes y año, a fin de matar a la tercera parte de los hombres. {16} Y el número de los ejércitos de los jinetes era doscientos millones. Yo oí su número. {17} Así vi en visión los caballos y a sus jinetes, los cuales tenían corazas de fuego, de zafiro y de azufre. Y las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones; y de su boca salían fuego, humo y azufre. {18} Por estas tres plagas fue muerta la tercera parte de los hombres; por el fuego, el humo y el azufre que salían de su boca. {19} Pues el poder de los caballos estaba en su boca y en sus colas; porque sus colas, semejantes a serpientes, tenían cabezas, y con ellas dañaban. {20} Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar; {21} y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos.

v. 13 - El sexto ángel tocó la trompeta, y oí una voz de entre los cuatro cuernos del altar de oro que estaba delante de Dios - El altar de oro está conectado con las oraciones de los santos (8:3). La sexta trompeta es respuesta a las oraciones de los santos. Para el cuerno, ver Lv. 8:15 cuando Moisés mató el toro y tomó un poco de sangre con su dedo y tocó los cuernos del altar para purificar el altar.

v. 14 - diciendo al sexto ángel que tenía la trompeta: Desata a los cuatro ángeles que están atados junto al gran río Éufrates - Los cuatro ángeles están atados, así que deben ser malos. Son soltados ante la orden de Dios, cuyo propósito es hacer que los hombres se arrepientan (ver v. 20, 21). Los cuatro ángeles cubren cada dirección de la brújula; la idea es que son soltados para afectar a toda la tierra. Compare estos ángeles con los primeros cuatro ángeles que están parados en las cuatro ángulos de la tierra (7:1). El Éufrates marca el límite entre Israel y sus enemigos (Gn. 15:18, Dt. 1:7, Jos. 1:4). Babilonia, que está sobre el Éufrates, estaría al norte de Israel y es del norte de donde los enemigos venían (Jer. 25:9, Ez. 26:7, 39:2). Compare esto con la sexta copa (16:12) cuando el gran río Éufrates y su agua fueron secados para preparar el camino para los reyes del este. Compare esto con los cuatro jinetes del Apocalipsis.

v. 15 - Y fueron desatados los cuatro ángeles que estaban preparados para la hora, día, mes y año, a fin de matar a la tercera parte de los hombres - El tiempo preciso de su liberación indica que están bajo el control divino de Dios. Su propósito es matar un tercio de la humanidad, ni más ni menos. Este es un número limitado porque es una advertencia para la humanidad. A partir de la sincronización precisa de su liberación este parece ser un evento específico de la historia, y es por lo tanto probablemente escatológico. A la luz de la discusión en el versículo siguiente, este evento corresponde a la segunda venida (compare con Mt. 24:36, Hch. 1:7, Gn. 7:11) o al menos a la batalla final asociada con ella. Compare el sexto sello, la sexta trompeta y la sexta copa. Todos parecen referirse a ya sea la última batalla o a la segunda venida.

v. 16 - Y el número de los ejércitos de los jinetes era doscientos millones. Yo oí su número - Las tropas estaban montadas, lo cual significa que estaban preparadas para la guerra. Doscientos millones es un número grande que él no podía contar, pero oyó su número. Compare la descripción aquí con los carros de Dios en Sal. 68:17. Los caballos son como un enjambre de langostas en Jer. 51:27 y los caballos que vuelan como un buitre que baja para devorar en Hab. 1:18. En Joel el ejército invade la humanidad en el día del Señor (Joel 2:11) como éste es la sexta trompeta y la séptima trompeta describe la entrega del mundo a Cristo, Su reino eterno y el juicio. Esta visión corresponde a la última gran batalla (ver Joel 3:1-2, 9-16). La última gran batalla también se encuentra en 16:14, 17:14, 19:17, 20:7. Note que el sexto sello también corresponde a la Segunda Venida (6:12). La sexta copa se refiere a la batalla del gran día de Dios Todopoderoso (16:14) y se menciona la Segunda Venida en el versículo siguiente (16:15). Este es otro ejemplo de paralelismo en el libro.

v. 17 - Así vi en visión los caballos y a sus jinetes, los cuales tenían corazas de fuego, de zafiro y de azufre. Y las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones; y de su boca salían fuego, humo y azufre - Este es el único lugar en que Juan indica que lo que vio era una visión. Las corazas tienen los mismos colores que el fuego, el humo y el azufre, que salía de las bocas de los caballos (v. 18). Esto indica el propósito unificado de tanto el caballo con el jinete. Compare las cabezas de los leones aquí con los dientes de león de las langostas; esto indica fortaleza.

v. 18 - Por estas tres plagas fue muerta la tercera parte de los hombres; por el fuego, el humo y el azufre que salían de su boca - Este simbolismo parece referirse a la guerra. El simbolismo como las langostas es similar a Joel 2:4-5, "Su aspecto, como aspecto de caballos, y como gente de a caballo correrán. Como estruendo de carros saltarán sobre las cumbres de los montes; como sonido de llama de fuego que consume hojarascas, como pueblo fuerte dispuesto para la batalla." Una vez más, es un número limitado el que es muerto; es muerta una tercera parte de la humanidad. El fuego y el azufre nos recuerdan a Sodoma y Gomorra (Gn. 19:24, Lc. 17:29). Éste fue el juicio de Dios sobre la maldad, un anticipo del infierno (Judas 1:7, cf. Ap. 14:10-11).

v. 19 - Pues el poder de los caballos estaba en su boca y en sus colas; porque sus colas, semejantes a serpientes, tenían cabezas, y con ellas dañaban - Las serpientes indican su origen demoníaco (Lc. 10:19). Las tres plagas de fuego, humo y azufre salen de sus bocas (v. 17, 18). Sus colas también causan daño. La palabra para serpiente (ophis) es la misma palabra usada para describir a Satanás en 12:9 (ver también 12:14, 15, 20:2, cf. Juan 3:14, 2 Cor. 11:3).

v. 20 - Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar - La humanidad aquí es acusada de adorar a demonios y en la quinta trompeta son asediados por demonios y posiblemente también en la sexta trompeta. La advertencia corresponde al pecado. Más adelante encontramos a la humanidad adorando al dragón y a la bestia (13:4) y a su imagen (13:15); eso es idolatría. Las plagas están dirigidas a la humanidad que no se arrepiente, no al pueblo de Dios. Aquellos que sobreviven a estas plagas todavía no se arrepienten. Algunos son muertos por estas plagas pero para el resto son advertencias para que el hombre se arrepienta. Considere la reacción de Jesús a la persecución de los judíos por Pilato o hacia aquellos que murieron cuando la torre cayó sobre los de Siloé (Lc. 13:1-5). Su reacción fue decir "¿Pensáis que eran más culpables que todos los hombres que habitan en Jerusalén? Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente." A pesar de la plagas de advertencia de Dios, algunas naturales, otras no, el hombre se rehusa a adorar a Dios y darle la gloria como Creador (Amós 4:10). Primero el hombre es culpable de idolatría, adorando las cosas creadas y no al Creador (Rom. 1:23). Rompe la primera tabla de la ley (Ex. 20:3-11, Dt. 5:7, 2 Reyes 17:35-39) antes de adorar al Creador (Ap. 14:7). La estupidez de la idolatría es enfatizada por la frase "las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar", en contraste con el Dios viviente y creador (Dn. 5:23, Sal. 115:4-5, Jer. 10:5). Esto afirma el punto que a pesar de estas plagas, la humanidad prefiere adorar a las cosas creadas antes que a Dios. El mensaje de Apocalipsis es que la humanidad debe adorar a Dios y a Él sólo. Considere la adoración de los seres vivientes y los ancianos al Dios Creador (4:8-11), la adoración del Cordero (5:8 ff.), todos los habitantes de la tierra adoran a la bestia (13:8, compare la adoración de los demonios y los ídolos aquí con la adoración de la bestia y su imagen en 13:8, 15). Considere también el mensaje del primer ángel volando en el medio del cielo, proclamando el mensaje eterno que es temer a Dios y darle gloria y adorarlo como Creador (14:6-7). Considere la advertencia espantosa para aquellos que adoran a la bestia y a su imagen en 14:9-11. Dos veces Juan es reprendido porque adoró a un ángel (19:10, 22:8) y se le dice que adore a Dios. En el caso de la iglesia en Pérgamo y Tiatira, comer alimento ofrecido a los ídolos es condenado (2:14, 20). Note que en 21:8 el lugar de los idólatras es en el lago de fuego y azufre. Debemos entonces ver a las trompetas como agentes de la misericordia de Dios más que de su ira, a pesar de que la gente no se arrepiente. Note la respuesta de los de Éfeso que practicaban la hechicería. Es mejor quemar los propios libros sobre ocultismo que quemarse en el lago de fuego. El decreto de Dios en Dt. 7:5 y 12:3 es de destruir los altares, romper las piedras sagradas y quemar los ídolos en el fuego. Ver la respuesta de Josías en 2 Reyes 23, que hizo como estaba prescrito en Deuteronomio.

v. 21 - y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos - Esta es la primera condena contra la humanidad: no se arrepintieron. Ver también 11:18, 14:7, 14:9-11, 16:5-6, 16:8-11. Habiendo rechazado a Dios como creador, la humanidad ahora rompe inevitablemente a segunda tabla de la ley (Dt. 5:17 y Rom. 1:24, 28). El castigo está indicado en Ap. 21:8; su destino (de los asesinos, los fornicarios, los que practican artes mágicas) está en el lago de azufre y fuego.

La séptima trompeta no ocurre hasta después de los Dos Testigos (11:14). Hay un interludio entre las dos visiones, parecido al interludio entre el sexto y el séptimo sello.


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