Ross A Taylor nació en 1955 en Inglaterra. Es soltero y vive en Inglaterra aproximadamente unos 5 meses al año. Tiene un título en Física de la Universidad de York (1973-1976), seguido por tres años de estudios de postgrado en combustión de petróleo combustible pesado. Trabaja como ingeniero de software y de procesos en la industria del cemento, viajando por el mundo 7 meses al año. Ha trabajado en 20 países. La mayor parte del comentario sobre Apocalipsis fue escrito cuando estaba en el exterior, especialmente en Corea del Sur. Como resultado de su trabajo, visitó la India y coleccionó pinturas en miniatura indias y comenzó a apoyar una escuela bíblica en ese país. Se convirtió bajo el ministerio de David Watson, en 1973, mientras estaba en la universidad., y es de orientación básicamente carismática (grupos caseros) aunque más conservador teológicamente. Entre sus pasatiempos e intereses se encuentran: Internet, la Biblia, temas cristianos actuales (creación, ex homosexuales), fotografía (vea sus fotografías de viajes a Bali y EE.UU.) y cálculos actuariales. Tiene una excelente colección de sellos victorianos.
Es importante saber si la iglesia pasará por la gran tribulación porque la idea que la iglesia será arrebatada al comienzo de la gran tribulación es una idea popular. Induce un falso sentido de seguridad entre los creyentes, y cuando los problemas y la persecución vengan, lo que ocurrirá eventualmente, muchas personas caerán porque no tienen ninguna raíz (Mt. 13:20-21).
(Mt. 13:21) Pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción (thlipsis) o la persecución (diogmos) por causa de la palabra, luego tropieza.
Jesús nos advierte que antes que Él vuelva muchos se apartarán de la fe.
(Mt. 24:9-13) Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. {10} Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán. {11} Y muchos falsos profetas se levantarán y engañarán a muchos; {12} y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. {13} Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.
Poco tiempo antes de su muerte Jesús les advierte a sus discípulos acerca de la persecución venidera.
(Jn. 16:1-4) Estas cosas os he hablado, para que no tengáis tropiezo. {2} Os expulsarán de las sinagogas; y aun viene la hora cuando cualquiera que os mate, pensará que rinde servicio a Dios. {3} Y harán esto porque no conocen al Padre ni a mí. {4} Mas os he dicho estas cosas, para que cuando llegue la hora, os acordéis de que ya os lo había dicho.
Por supuesto que es cierto que la iglesia siempre ha pasado por persecución desde el tiempo de la iglesia primitiva en adelante (Hechos 8:1) y hasta el día de hoy.
A veces se enseña que la iglesia no pasará por la gran tribulación. La gran tribulación viene de Ap. 7:14 (megas thlipsis) y deberíamos notar que una gran multitud que nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, había salido de la gran tribulación. Esta gran multitud claramente son cristianos, porque habían lavado sus ropas y las había emblanquecido en la sangre del Cordero. Esta misma expresión (megas thlipsis) es usada también en Mt. 24:21, donde deberíamos notar que los escogidos también son mencionados (Mt. 24:22).
(Ap. 7:14) Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación (thlipsis: G2347), y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero.
(Mt. 24:9-13) Entonces os entregarán a tribulación (thlipsis), y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. {10} Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán. {11} Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; {12} y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. {13} Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.
(Mt. 24:21-22) Porque habrá entonces gran tribulación (megas thlipsis), cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. {22} Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados.
(Mt. 24:29-30) E inmediatamente después de la tribulación (thlipsis) de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. {30} Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.
Jesús les advierte a sus discípulos que en el mundo tendrían aflicción.
(Jn. 16:33) Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción (thlipsis); pero confiad, yo he vencido al mundo.
Pablo y Bernabé les advirtieron a los nuevos convertidos que debían pasar por muchas tribulaciones.
(Hechos 14:22) confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándolos a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones (thlipsis) entremos en el reino de Dios.
La actitud del Nuevo Testamento hacia el sufrimiento es algo distinta de la nuestra.
(Ro. 5:3) Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones (thlipsis), sabiendo que la tribulación produce paciencia.
(Ro. 8:35-37) ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación (thlipsis), o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? {36} Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; somos contados como ovejas de matadero. {37} Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
(Ro. 12:12) Gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación (thlipsis); constantes en la oración.
(2 Co. 4:17) Porque esta leve tribulación (thlipsis) momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente peso de gloria.
El Apóstol Juan:
(Ap. 1:9) Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación (thlipsis), en el reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo.
La iglesia en Esmirna
(Ap. 2:9-10) Yo conozco tus obras, y tu tribulación (thlipsis), y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás. {10} No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación (thlipsis) por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.
Los de la iglesia de Tiatira que cometen adulterio con Jezabel
(Ap. 2:22) He aquí yo la arrojo en la cama, y en gran tribulación (thlipsis) a los que con ella adulteran, si no se arrepienten de las obras de ella.
La gran tribulación
(Ap. 7:14) Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación (megas thlipsis), y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero.
Juan en Patmos
(Ap. 1:9) Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el rino y la paciencia (hupomone) de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo.
La iglesia en Éfeso
Ap. 2:2-3) Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia (hupomone); y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; {3} y has sufrido, y has tenido paciencia (hupomone), y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado.
La iglesia en Tiatira
(Ap. 2:19) Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, y tu paciencia (hupomone), y que tus obras postreras son más que las primeras.
La iglesia en Filadelfia
(Ap. 3:10) Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia (hupomone), yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.
Durante el reinado de la bestia
(Ap. 13:10) Si alguno lleva en cautividad, va en cautividad; si alguno mata a espada, a espada debe ser muerto. Aquí está la paciencia (hupomone) y la fe de los santos.
Aquellos que se rehusen a adorar a la bestia y a su imagen y reciben la marca en la frente o en la mano (son muertos por la bestia de la tierra, Ap. 13:15). El precio por permanecer fiel a Jesús es la muerte, y su recompensa es la vida eterna.
(Ap. 14:12) Aquí está la paciencia (hupomone) de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe en Jesús.
La Biblia enseña en forma consistente que la iglesia (los santos) no sufrirá la ira de Dios sino que sufrirá tribulación. Un estudio de la palabra (orge) indica que normalmente se refiere al día de la ira de Dios (Ro. 2:5; Ap. 6:17). El día de la ira de Dios ocurrirá cuando Jesús venga de nuevo (ver 1 Ts. 1:10, 5:1-11).
(1 Ts. 5:9) Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación.
Cuando Jesús venga de nuevo seremos rescatados de la ira de Dios que será derramada, en cambio, sobre los impíos.
(1 Ts. 1:10) y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.
(Ap. 11:18) Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra.
Algunas personas confunden la persecución del pueblo de Dios por parte de la bestia (o Anticristo) con la ira de Dios. Sin embargo, esto no es la ira de Dios – los santos son llamados a ejercer perseverancia y fidelidad durante este período, sabiendo que aun si murieran heredarán la vida eterna (Ap. 2:10, 12:11, Mt. 24:9, Ro. 8:36-39).
(Ap. 11:7) Cuando hayan acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá y los matará.
(Ap. 13:7-10) Y se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación. {8} Y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo. {9} Si alguno tiene oído, oiga. {10} Si alguno lleva en cautividad, va en cautividad; si alguno mata a espada, a espada debe ser muerto. Aquí está la paciencia y la fe de los santos.
Esmirna sería perseguida aun hasta la muerte, pero al morir ganarían la vida eterna. Deberíamos notar que la persecución viene del diablo y no de Dios (ver también Ap. 12:17, 13:7).
(Ap. 2:9-10) Yo conozco tus obras, y tu tribulación (thlipsis), y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás. {10} No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación (thlipsis) por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de vida.
(Ap. 12:17) Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo.
(Ap. 13:7) Y se le permitió [a la bestia] hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación.
Las palabras del Señor a la iglesia de Filadelfia son usadas a veces para argumentar que la iglesia no pasará por la gran tribulación por la frase "yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra" (Ap. 3:10). Sin embargo, esto parecería bastante arbitrario ya que tanto Esmirna como Pérgamo pasaron sufrieron persecución. ¿Por qué deberíamos tomar la promesa hecha a Filadelfia y aplicarla a la Iglesia en el Occidente? Para aquellos que piensan que las siete iglesias representan etapas de la historia de la iglesia debemos señalar que Filadelfia no es la última iglesia, sino la sexta. La tibia iglesia de Laodicea es la última (lo cual tal vez sea más apropiado para la iglesia en el Occidente). También deberíamos notar que esta promesa fue hecha a la iglesia del primer siglo y no tiene mucho sentido si se refiere a dos mil años más tarde. En el versículo siguiente Cristo les dice que "retengan lo que tienen" lo cual no sugiere que serían arrebatados durante el tiempo de la prueba.
(Ap. 3:10-11) Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra. {11} He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.
En la gran comisión de Mateo 28, Jesús promete estar con los discípulos hasta el mismo fin del mundo.
(Mt. 28:19-20) Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; {20} enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
Se dice a veces que como la palabra "Iglesia" no aparece después de Ap. 3:22 entonces la iglesia fue arrebatada en 4:1 y, por lo tanto, no está presente durante los siete sellos, trompetas y copas. La palabra "iglesia" no aparece en 2 Timoteo, 2 Pedro, 1 y 2 Juan y Judas, pero eso no significa que la iglesia no esté presente. En Ap. 4:1 claramente es Juan al que se le dice "Sube acá". La siguiente vez que aparece la palabra "iglesia" es en Ap. 22:16 (plural). Sin embargo, la palabra "santos" aparece 12 veces y "siervos" 11 veces después de Ap. 3:22. También está el evento del rapto en 11:12 cuando se les dice a los dos testigos "Subid aca". La mayoría de los comentarios sobre Apocalipsis ciertamente encuentran a la iglesia después de Ap. 3:22, aparte de los dispensacionalistas.
Hay una cantidad de pasajes en Apocalipsis donde se menciona la ira de Dios o del Cordero. Estos están conectados principalmente con el sexto sello, la séptima trompeta, las siete copas, la segunda cosecha (la primera es la de los santos – las primicias) y la segunda venida.
El sexto sello
(Ap. 6:12-17) Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre; {13} y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, y como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento. {14} Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar. {15} Y los reyes de la tierra, y los grandes, y los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; {16} y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; {17} porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?
Este evento se cumplió en la destrucción de Jerusalén en 70 d.C. (Lc. 21:20-28, 23:28-30, Mt. 24:29) pero también presagia el trono del juicio de Dios (Ap. 20:11). Debe notarse que los cristianos no perecieron en la caída de Jerusalén porque fueron esparcidos por la persecución, o los de Judea huyeron a las montañas según la advertencia de Cristo (Mt. 24:16, Mr. 13:16, Lc. 21:21). La pregunta "¿y quién podrá sostenerse en pie?", en 6:17, es contestada en Ap. 7:9 por la gran multitud delante del trono y frente al Cordero. Ellos han lavado sus ropas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero (7:14).
La séptima trompeta
(Ap. 11:18) Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra.
A la séptima y última trompeta (1 Co. 15:52) encontramos el tiempo del juicio y las recompensas para los santos. Claramente no hay ira para los santos aquí.
Los que adoran a la bestia
(Ap. 14:9-12) Y el tercer ángel los siguió, diciendo a gran voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano, {10} él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero; {11} y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre. {12} Aquí esta la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe en Jesús.
En este pasaje la ira de Dios está reservada para aquellos que adoran a la bestia y su imagen. Este pasaje parece estar referido al infierno. Se requiere perseverancia de parte de los santos porque los que no adoran a la bestia y a su imagen serán muertos (Ap. 13:7-10,15).
La segunda cosecha
(Ap. 14:18-20) Y salió del altar otro ángel, que tenía poder sobre el fuego, y llamó a gran voz al que tenía la hoz aguda, diciendo: Mete tu hoz aguda, y vendimia los racimos de la tierra, porque sus uvas están maduras. {19} Y el ángel arrojó su hoz en la tierra, y vendimió la viña de la tierra, y echó las uvas en el gran lagar de la ira de Dios. {20} Y fue pisado el lagar fuera de la ciudad, y del lagar salió sangre hasta los frenos de los caballos, por mil seiscientos estadios.
La primera cosecha es de los santos (las primicias), en Ap. 14:14-16. No son tocados en la segunda cosecha.
Las siete copas de la ira de Dios
(Ap. 15:1) Vi en el cielo otra señal, grande y admirable: siete ángeles que tenían las siete plagas postreras; porque en ellas se consumaba la ira de Dios.
En 15:2 encontramos a aquellos que han sido victoriosos sobre la bestia y su imagen y sobre el número de su nombre.
(Ap. 16:1) Oí una gran voz que decía desde el templo a los siete ángeles: Id y derramad sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios.
Esta copa sólo afecta a las personas que tenían la marca de la bestia y adoraban su imagen. (16:2).
Significativamente, después de la sexta copa Dios da una advertencia acerca de venir como un ladrón.
(Ap. 16:15) He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza.
Al llegar la séptima copa Dios se acordó de Babilonia
(Ap. 16:19) Y la gran ciudad fue dividida en tres partes, y las ciudades de las naciones cayeron; y la gran Babilonia vino en memoria delante de Dios, para darle el cáliz del vino del ardor de su ira.
En la segunda venida
(Ap. 19:11-15) Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. {12} Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. {13} Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. {14} Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. {15} De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso.
Dado que él viene con sus santos (los ejércitos del cielo, 17:14), claramente no están afectados por la ira de Dios en la Segunda Venida.—
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