Rusty Wright es autor y orador itinerante. Tiene su B.S. y M.A. en Psicología y Religión de la Duke University y de la International School of Theology, respectivamente. Es miembro de la Lambda Chi lpha Fraternity, es autor de cuatro libros y habla cada año a miles de estudiantes universitarios y profesores a lo largo de los Estados Unidos. El y su esposa Linda, son invitados frecuentemente a dar charlas en TV.
El éxito es ________________
"Es fácil", podrías decir. "El éxito es. . . para un atleta, ganar un campeonato nacional, o un campeonato internacional, o una medalla de oro; para un artista, ganar un Oscar, un Grammy, o un Emmy; para un ejecutivo, ser el ejecutivo máximo de una de las 500 empresas líderes; para un estudiante universitario, ser elegido presidente del centro de estudiantes." Pero, ¿es siempre tan fácil de definir?
Hace algunos años, Rainer, un amigo alemán, pasó tres meses conmigo en los Estados Unidos. Una vez, mientras estaba mirando su primer partido de béisbol por T.V., el bateador sacó la pelota fuera del campo para lograr un "home-run". ¡Los espectadores se volvieron locos! Rainer se volvió hacia mí con una mirada perpleja y preguntó: "¿Por qué están gritando? Ellos perdieron la pelota." Para los simpatizantes de ese equipo el bateador era un gran éxito. Para una persona de otra cultura, hacer un "home-run" era un misterio.
El significado del éxito también varía con las personas. Un diccionario define al éxito como "el logro satisfactorio de una meta buscada." Para ser exitosos, debes lograr la meta y estar satisfecho con el resultado. Con esta definición, uno se pregunta si el "éxito" que no incluya la satisfacción personal - una sensación de bienestar - es realmente el verdadero éxito.
Varios factores contribuyen al éxito. Considera algunos:
1. Una autoimagen positiva. Imagínate que te despiertas una mañana y tu compañero de cuarto te está esperando para decirte algo. Te dice: "Estaba esperando para decirte qué compañero de cuarto tan excepcional eres. Eres tan amable, tan considerado; siempre mantienes el cuarto tan prolijo. El solo hecho de estar cerca de ti me motiva a ser la persona más positiva que puedo ser."
Después de recuperarte de tu ataque cardíaco, te diriges a tu primer clase del día. ¿Con quién puedes encontrarte en ese momento sino tu cita de la noche anterior? Ella viene y te dice, "¡Vaya que estoy contenta de cruzarme contigo! Estaba esperando tener la oportunidad de decirte otra vez qué tiempo fabuloso pasé ayer contigo. ¡Mis amigas están tan celosas de mí! Ellas piensan que soy la persona más afortunada del mundo por salir con alguien como tú. ¡Y yo estoy de acuerdo! Eres tan amable, tan inteligente. ¡Tienes un gran sentido de humor y eres muy buen mozo, además! Es que, cuando estoy contigo, ¡me siento como si estuviera en un sueño!"
Luego flotas hacia tu primer clase. Tu profesor va a devolver los exámenes semestrales que rindieron la semana pasada, pero antes de distribuirlos dice: "Me gustaría hacer un anuncio. Quiero que todos sepan qué tarea sobresaliente hizo este estudiante en su examen". Él te señala en la primera fila y dice: "Muchacho (o muchacha, él sabrá, ¡claro!), eres un soplo de aire fresco para mí como profesor. Siempre haces tus tareas a tiempo. Frecuentemente haces aún más de lo que se espera de ti. Mira, si cada estudiante fuera como tú, enseñar sería un gozo. ¡Incluso estaba considerando dejar de enseñar hasta que apareciste tú!"
¿No te ayudaría esto a tener una gran actitud hacia ti mismo? ¿Y no te motivaría esto a ser un mejor compañero de cuarto, un mejor novio, un mejor estudiante? Te dirías a ti mismo, "Vaya, soy una persona especial. Después de todo, mi compañero de cuarto, mi novia y mi profesor lo piensan. . . ¡y ellos no son ningunos tontos!" ¡Tú no discutirías con ellos ni por un minuto! {1}
Por supuesto, algunas personas tienen un concepto tan elevado de sí mismos que sus egos se convierten en problemas. No obstante, muchos psicólogos están de acuerdo con la Dra. Joyce Brothers cuando dice: ". . . una autoimagen fuerte y positiva es la mejor preparación posible para el éxito en la vida." {2}
2. Metas claramente definidas. Alguien dijo, "Apúntale a nada y seguramente acertarás. Apúntale a una meta específica y, aunque no la logres, tendrás la oportunidad de estar mucho más cerca que si nunca le hubieras apuntado."
El programa espacial de los Estados Unidos produjo mucho éxitos y, tristemente, algunos pocos fracasos trágicos. Los éxitos de la NASA ayudan a ilustrar la importancia de establecer metas. Quizás has oído de los tres electricistas que estaban trabajando en la nave Apolo. Un periodista les preguntó qué estaban haciendo. El primero dijo: "Estoy insertando transistores en los circuitos." El segundo respondió: "Estoy soldando estos alambres juntos." El tercero explicó: "Estoy ayudando a poner un hombre en la luna."
¿Cuál de ellos estaba más motivado y satisfecho? Probablemente aquél que vio cómo sus actividades encajaban en la meta global.
Sin una meta clara en la vida, las obligaciones cotidianas se vuelven penosas. Conocer la meta de tu vida puede aumentar tu motivación y satisfacción al ver cómo las actividades diarias ayudan a lograr esa meta.
Al principio de la década del 60, el presidente John F. Kennedy estableció la meta de poner a un americano sobre la luna para el fin de la década. En 1969, Neil Armstrong dio "su pequeño paso." Una meta específica ayudó a la NASA a lograr un hito importante en la historia. Alguien que desee el éxito establecerá metas especificas.
3. Trabajo duro. Cualquier atleta exitoso sabe que no habría gloria en el campo atlético sin trabajo duro en el campo de entrenamiento. Una verdadera prueba de carácter no es tan sólo tu desempeño frente a la multitud, sino cuán duro trabajas cuando nadie se fija en la oficina, en la biblioteca, en el entrenamiento.
El presidente Calvin Coolidge creía que: "nada en el mundo puede tomar el lugar de la persistencia. El talento no lo hará. . . el genio no lo hará. . . la educación no lo hará. . . La persistencia, la determinación y el trabajo duro hacen la diferencia." {3}
"¿Qué es el éxito?", pregunta la ex primer ministro Margaret Thatcher: "Creo que es una mezcla de tener un talento natural por la cosa que estás haciendo. . . trabajo duro, y un cierto sentido de propósito. . . Creo que yo tenía el talento natural para. . . (mi trabajo), pero los sentimientos naturales nunca son suficientes. Tienes que casar esos sentimientos naturales con el trabajo realmente duro."{4}
El campeón de peso pesado de otros tiempos, James J. Corbett, solía decir: "Tú llegas a ser el campeón peleando un 'round' más. Cuando las cosas se ponen duras, peleas un 'round' más." {5}
El éxito requiere trabajo duro. Por supuesto, tú puedes extralimitarte y llegar a ser un adicto al trabajo. Un empresario adicto al trabajo tenía un cartel en su oficina que decía: "¡Gracias a Dios que es lunes!" Todos necesitamos equilibrar el trabajo y la recreación, pero el trabajo duro es esencial para el éxito.
4. Una disposición para asumir riesgos. Teodoro Roosevelt expresó el valor de esto en uno de sus declaraciones más famosas: "Es mucho mejor atreverse a cosas poderosas, a ganar triunfos gloriosos, aun salpicado con algunos fracasos, que estar al nivel de esos pobres espíritus que ni gozan mucho ni sufren mucho porque viven en la gran penumbra que no conoce ni la victoria ni la derrota."{6}
Ingemar Stenmark, el gran esquiador olímpico, dice: "A fin de ganar, tienes que arriesgarte a perder." Considera esta pregunta: "¿Qué harías si supieras que no puedes fallar?" Esa pregunta puede expandir tu visión y agrandar tus sueños. Quizás tu deseo es ser un gran líder político, un artista, un destacado hombre de negocios, un académico, un atleta estrella. ¿Qué harías si supieras que no puedes fallar?
Ahora pregúntate: "¿Estoy dispuesto a arriesgarme a unos pocos posibles fracasos a fin de alcanzar esa meta?" El éxito frecuentemente involucra riesgos.
Una autoimagen positiva, metas claras, trabajo duro y una disposición para asumir riesgos. . . todos contribuyen al éxito. Pero hay un obstáculo importante para experimentar el éxito y la satisfacción en la vida. Es la actitud de que lograr una sola meta va a garantizar la felicidad en la vida.
En 1923 se llevó a cabo una muy importante reunión en el Edgewater Beach Hotel en Chicago. A esa reunión asistieron 7 de los financistas más exitosos del mundo - personas que había encontrado el secreto de cómo hacer dinero.
Considera lo que les había pasado a estos hombres 25 años después. El presidente de la mayor compañía independiente de acero, Charles Schwab, murió en la bancarrota y vivió de dinero prestado los cinco últimos años antes de morir. El presidente de la mayor empresa de servicios, Samuel Insull, murió fugitivo de la justicia y quebrado en el extranjero. El presidente de la Bolsa de Nueva York, Richard Whitney, cumplió una condena en la Penitenciaría de Sing Sing. Un miembro del gabinete presidencial, Albert Fall, fue perdonado para poder morir en su hogar. El "oso" más grande de Wall Street, Jesse Livermore, se suicidó. El jefe del más grande de los monopolios, Ivan Krueger, se suicidó. El presidente del Bank of International Settlements, León Fraser, se suicidó. Todos ellos habían aprendido bien el arte de tener éxito para ganarse la vida, pero aparentemente todos ellos luchaban para aprender a vivir exitosamente.{7}
El encuestador y comentarista social Daniel Yankelovich cita a un hombre que gana US $100,000 por año como socio en una empresa de relaciones públicas: "Yo he logrado el éxito según la definición de otros, pero no me siento realizado. Parezco exitoso. . . Tengo publicaciones, he dado conferencias, he excedido mis metas de ingresos, tengo propiedades y mucha gente depende de mí. Así que he alcanzado adecuadamente las metas externas, pero están vacías."{8}
Dustin Hoffman es un actor de cine sumamente exitoso. Su carrera fílmica parece casi deslumbrante e incluye dos Oscars por su actuación en "Kramer vs. Kramer" y "Rainman." Pero considera lo que él dice acerca de la felicidad y la satisfacción: "No sé lo que es la felicidad. . . Camina por la calle y mira las caras. Cuando exiges felicidad, ¿no estás pidiendo algo irreal?" {9}
El éxito en una área no garantiza la satisfacción en la vida. Puedes alcanzar todas tus metas y todavía no tener paz dentro de ti. ¿Cómo puedes alcanzar tus metas y estar satisfecho a la vez? Y aun si sientes cierto grado de satisfacción, ¿podría haber algo más?
Más y más psicólogos y psiquiatras están viendo la necesidad de desarrollar a la persona total - físicamente, psicológicamente y espiritualmente - para producir la satisfacción real. A menudo, en nuestra lucha por el éxito, nos concentramos en el desarrollo físico y psicológico a expensas de lo espiritual.
No hace mucho, un grupo de consejeros pasó un tiempo considerable en la ciudad de Nueva York entrevistando a algunos de los ejecutivos más exitosos del país. Se pusieron en contacto con editores de diarios y revistas, ejecutivos de agencias de publicidad, de bancos y de cadenas de TV, buscando entender las ideas de estos líderes acerca del éxito.
Una pregunta que hicieron estos consejeros involucraba el área espiritual. La pregunta era: "¿Qué lugar ocupa en su vida la fe y los valores espirituales?" En respuesta, el 75% comunicó que los valores espirituales eran "importantes" o "muy importantes", tanto para el desarrollo personal como profesional. Uno de ellos comentó: "Si pudieran ser fortalecidos, muchas de estas otras cosas ocuparía su lugar correcto." Sin embargo, fue sorprendente que pocos de esos líderes tenían convicciones claramente definidas en el área espiritual. Como dijo un locutor de radio con una sonrisa: "Soy "inspirable", ¡pero no puedo encontrar a alguien que me inspire!" {10}
Luego a estos ejecutivos se les habló acerca de alguien que podría inspirarlos, una de las personalidades más influyentes de la historia, una persona que hacía énfasis en la importancia del desarrollo espiritual al igual que el físico y el psicológico. La vida y las enseñanzas de este líder influyente y muy exitoso han hecho un impacto muy positivo en mi propia vida también. Quizás un poco de historia pondrá en perspectiva a mi descubrimiento.
Cuando estudiaba en la secundaria, busqué el éxito en cosas como el deporte, los estudios y la política estudiantil. Era reconocido como un buen atleta en el equipo principal de la escuela, como intelectual y como líder estudiantil. En ese tiempo, yo asistía a una de las escuelas más reconocidas de mi país. En esa escuela estudió el ex-presidente John F. Kennedy, como así también Adlai Stevenson, quien fue nuestro embajador ante las Naciones Unidas; Edward Albee, famoso dramaturgo; Michael Douglas, artista famoso del cine. Muchos de los que se graduaron de esa escuela fueron a universidades como Harvard, Yale y Princeton.
En los deportes de la escuela me dediqué al atletismo y a jugar al básquetbol. Mi equipo del atletismo era invencible. También me destaqué académicamente y ocupé los primeros puestos en este campo. Si menciono estos detalles no es para vanagloriarme, sino para mostrarles un contraste, ya que el éxito en esas áreas no me trajo la satisfacción personal que había estaba buscando. Continuaba siendo un introvertido, con miedo muchas veces de presentarme ante un desconocido o de pedirle una cita a una chica para que saliera conmigo. La culpa, la ansiedad y una pobre imagen de mí mismo a menudo me impedían tomar riesgos. Por supuesto que ante los demás me mostraba confiado y seguro. Pero cuando era honesto conmigo mismo - lo que no pasaba siempre - sabía que me sentía inquieto en las relaciones humanas. Mi éxito no me trajo la satisfacción que quería.
Durante mi primer año en la universidad de Duke continuaba luchando en estas áreas. Entonces conocí un grupo de estudiantes que tenía algo diferente. Había en ellos una alegría y un entusiasmo que realmente me atrajo. Especialmente aprecié la forma como ellos me aceptaron tal como era. Aunque eran personas atractivas, inteligentes y prósperas, no tuve que impresionarlas con la lista de todo lo que había realizado. Al salir con algunas de las chicas del grupo, no me sentía presionado a impresionarlas con una imagen "machista." El grupo se aceptaba como eran y me aceptaban también a mí.
Ellos eran estudiantes cristianos y supe que yo quería lo que ellos tenían. Me dijeron que habían encontrado una relación personal con Jesús de Nazaret. No entendía lo que era esto y no podía creer inmediatamente lo que me dijeron. Continué yendo a sus reuniones porque tenia curiosidad y además porque era un buen lugar para hacer citas y salir con las chicas. ¡En aquel tiempo conseguir citas era muy importante para mí!
Al pasar mas tiempo con estas personas, observé cómo su fe afectaba sus vidas y relaciones. Me dijeron que Dios me amaba pero que yo estaba separado de Él por una condición de separación llamada "pecado." Me explicaron que Dios envió a su Hijo único, Jesucristo, a morir en la cruz para pagar la pena de mis pecados y que resucitó de entre los muertos para darme nueva vida.
Cuanto más me explicaban, más comenzaba a tener sentido para mí. Finalmente, con una actitud sencilla de corazón dije, "Jesucristo, te necesito. Gracias por morir por mí y por resucitar por mí. Te pido que entres en mi vida, que me perdones y que me dés la vida completa que Tú prometiste." No hubo truenos ni relámpagos. Los ángeles no aparecieron cantando el coro del "Aleluya." Y pueden estar seguros que no me volví perfecto de la noche a la mañana. (Tomó unas seis semanas para que esto sucediera.)
Pero encontré paz mental y libertad de la culpa. Encontré un propósito para vivir y el poder para comenzar a ser la persona que siempre quise ser. Vi a mi propia imagen mejorar y me sentía más libre para tomar riesgos. Hoy, mi vida no deja de tener problemas y batallas, pero conozco al que resuelve los problemas - Jesucristo. Él vive en mí y hace más fácil la carga. Él dijo, "Nunca te dejaré. . . Yo estoy siempre contigo."
Hay muchos ejemplos de cristianos exitosos y satisfechos a la vez: Roger Staubach, de los Dallas Cowboys; David Robinson, una estrella del básquetbol profesional; J. C. Penney, fundador de la cadena de almacenes; el Dr. Charles Malik, presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas; Mark Hatfield, Senador de los Estados Unidos por el estado de Oregon; Jerome Hines, Amy Grant, Pat Boone y Debbie Boone, como artistas, y muchos más. Creo que hay muchos ejemplos en su país también.
Ser cristiano no garantiza el éxito supremo. Los cristianos tienen sus fallas también. Pero una relación con Dios puede mejorar tu autoimagen, ayudar a clarificar tus metas, fortalecer tu determinación y ayudarte a mejorar lo que hagas. La satisfacción personal que Cristo provee puede hacer una diferencia positiva también.
Así es cómo se hace. ¿Recuerdas la ilustración anterior sobre tu compañero de cuarto, tu novia y tu profesor llenándote de alabanzas? Desafortunadamente, eso no pasa todos los días. Pero Dios piensa que eres muy especial, tan especial que Él envió a Su único Hijo para morir en tu lugar. Cuando llegas a conocer a Cristo personalmente y te das cuenta de la magnitud de Su amor por ti, puedes encontrar fuerzas para aceptarte a ti mismo y una mayor libertad para aceptar riesgos prudentes. Puedes enfrentar el rechazo con la seguridad de que, aunque todos se vuelvan contra ti, Dios todavía te seguirá amando. Saber que Él quiere lo mejor para ti puede aumentar tu determinación para trabajar duro por metas que valen la pena.
¿Qué de ti? ¿Tu definición del éxito incluye la satisfacción personal? ¿Has encontrado el éxito? ¿Tu éxito será suficiente para sostenerte a través de los tiempos duros que podrás tener por delante? ¿Has encontrado la satisfacción personal?
Qué tragedia sería pasar la vida entera trepando la escalera del éxito sólo para llegar arriba y descubrir que la escalera estaba apoyada contra la pared equivocada. ¿Estás dispuesto a considerar cómo Jesucristo puede hacer una diferencia en tu vida?
{1} Ilustración adaptada de Zig Ziglar, See You at the Top (Gretna LA: Pelican Publication CO.1979), pág. 46.
{2} Idem pág. 49.
{3} Idem pág. 319
{4} Prince Michael of Greece, "I Am Fantastically Lucky" Paradise Magazine, JUL 13, 1986, pág. 4.
{5} Idem Ziglar
{6} Hugh Sidey, "To Dare Mighty Things", Time, June 9, 1980, pág.15.
{7} Adaptado de Bill Bright, "La singularidad de Jesús" (San Bernardino CA: Cruzada Estudiantil para Cristo, 1968) pág. 14, 15.
{8} Daniel Yankelovich, New Rules, pág. 69
{9} Gerald Clarke, "A Father Finds His Son",Time, December 3, 1979, pág. 79.
{10} Patty Burgin, "A View From the Top", Collegiate Challenge,1980 pág. Ii
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